Piratas del Caribe

Tritón

-¡¿Por qué hiciste eso?!- grito enojado. Al levantar la vista, vi sus ojos rojos y las escamas que aparecían tanto en sus manos como alrededor de sus mejillas.

-Eres....un tritón- dije muy sorprendida.

Las sirenas eran mujeres con cola, hermosas pero letales más había un secreto entre ellas que era casi desconocido para el mundo. Ellas podían tener hijos, no solo hijas y esos se llamaban tritones. Escasos pero habían más sus vidas eran cortas al no tener las cualidades de las sirenas. No podían atraer a hombres, ahogar como las sirenas.

Nunca había visto uno, solo cuentos de sirenas cuando estas se encontraban de buen humor para hablar conmigo. Y ahora tenia uno enfrente mío.

Me aleje enseguida, no sabia que podía hacer la criatura que consideraba mi esposo.

-Demonios, ¿por qué simplemente no dejaste las cosas como estaban? ¿Por qué no seguir con la felicidad que teníamos al estar juntos?-.

-Es sencillo: no era real-.

-Veremos si...- y dejo de hablar cuando le enterré el cuchillo en sus costillas. Luego de eso empecé a correr, directamente a la habitación donde tenia oculta toda la ropa de mi anterior y nuevamente vida. Tome la espada y mi diario, saliendo corriendo pero me detuvo al ver que Andrew caminaba tranquilo por el pasillo sin herida alguna.

-¿Sabes? Eso me hubiera matado la primera vez que nos conocimos pero ahora, es solo un simple malestar- dijo con una gran sonrisa, mostrando sus colmillos. Corrí en busca de una salida pero termine nuevamente en el jardín.

No sabia porque pero sentía que esto ya lo había vivido. Como si esto no fuera la primera vez que huía de aquel hombre que alguna vez ame.

-¡Zelena!-.

Alguien grito, me di la vuelta para ver tanto al hombre que se hacia llamar Barbosa como los tres del bar.

-¿Cómo lo supieron?- pregunte molesta.

¿Ellos eran parte de esto? ¿Podía confiar en ellos?