Capitulo 3

57 1 0
                                    

Nos subimos a la motocicleta y nos dirigimos a casa de Esteban. Luego de que nos sacamos la fotografía sentí un poco de incomodidad y creí ver la misma incomodidad en sus ojos color miel. En ese momento que nos quedamos mirando en realidad no se que era lo que pensaba. Solo me detuve en su mirada y en lo profundos que eran sus ojos.

La verdad es que luego de que el chico nos sacara la fotografía y luego se marchara dejándonos solos, sentí un leve calor en mis mejillas y quite la mirada de el. El, por su parte, se giró sobre su puesto y comenzó a revolverse el pelo con nerviosismo.

-Esto... Sera mejor que nos vamos antes de que se nos haga tarde - dijo volviendo su mirada a mi.
-Si, vamos-

Caminamos de vuelta en dirección a la motocicleta y ahora íbamos camino a su casa.
Tenia mis manos dentro de sus bolsillos para sostenerme y sentía su espalda tensa. Probablemente por la postura que tenia al sostener con sus manos la motocicleta y direccionarla.
Ví de reojo su cara y note que tenia la mandíbula tensa y sus ojos estaban distraídos. Me gustaría saber que es lo que esta pensando en este momento.

........

-Señorita, ya llegamos - menciona apenas nos detuvimos dentro del patio de la casa.
Me baje de la motocicleta y coloque el casco que llevaba puesto sobre ella. Camine en dirección a la puerta.

Cuando entré estaba la radio prendida y se escuchaba ruido en el patio de atrás.
Camine y me asome por la ventana de la cocina, esa que estaba junto a la mesa en la que tomamos desayuno Esteban y yo. Ví a una mujer trabajando en la tierra, donde estaban las plantas medicinales.
La señora era esbelta, cabello rizado hasta los hombros, alta. Supuse que era la madre de Esteban.

-Es mi madre - dijo apenas se puso a mi lado y quedamos hombro a hombro mirando por la ventana -Siempre que llega del trabajo se pone a trabajar en la tierra. Desde que era pequeño recuerdo que ella hacia eso todos los días. Primero con flores y ahora con las plantas medicinales -

Lo quede mirando. Su mirada se veía mas relajada y en sus labios se asomaba la misma media sonrisa que ya era habitual en el.
Me impresionaba la manera en la que el hablaba de su infancia y lo fácil que parecía para el hablar sobre esos temas.

-Se te hace fácil hablar de tus padres y de tu infancia -
-Si, es solo que pienso
que no tengo nada que ocultar. -
-Ojala yo pudiera abrirme hací a la gente en la que confió. Siempre se me ha hecho difícil hablar sobre mi vida personal. -

Recordé como cuando después de que mi padre nos dejara a mama y a mi, dejé de hablar como antes lo hacia y dejé de tener la vida social que estaba acostumbrada a tener. Si hasta la relación con mi madre se vio desvalida por culpa del trauma vivido en mi infancia.
-¿Te sientes bien?-
Dijo Esteban interrumpiendo mis pensamientos. Me demoré unos segundo en darme cuenta que su mano estaba apoyada sobre mi hombro,por lo que al darme cuenta lo quedé mirando fijamente a sus ojos mientras el hacia lo mismo.
Su mano suavemente comenzó a bajar por mi brazo hasta llegar a mi mano derecha haciendo que la piel se me pusiera de gallina al contacto.
-s...si, es...estoy bien, gracias -
Respondí tratando de formar una sonrisa en mis labios.
-Nadie te obliga a hacerlo. Aunque siempre es bueno que hables con alguien de ves en cuando. -
Me dijo como si hubiera adivinado lo que estaba pensando hace un momento.
-lo se. -

Lo mire. Otra vez me detuve en sus profundos ojos. Esos ojos que miraban como nadie lo había hecho. Ni siquiera...

-¿Que es lo que traman estos jóvenes? - escuchamos de alguien que se aproximaba desde la puerta principal. Sumidos en nuestra conversación y en nuestro...momento, no nos dimos cuenta que su madre había dejado de hacer lo que estaba haciendo y se dirigía a la casa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 23, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La casa de campoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora