Prólogo:

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Helena echó una rápida mirada a su alrededor, cualquier otra persona habría visto la belleza de aquel lugar, pero ella sólo entendía el dolor y la traición que había en aquel lugar. Miles de personas habían muerto en ese mismo castillo blanco por los Styles, el grupo de griegos más peligroso y sangriento alguna vez conocido. Se oculto en un gran árbol del luminoso jardín y miró hacia el castillo.

Ella odiaba a todos los Styles por lo que había causado a su familia, a todos y sobretodo a Harry Styles, el más joven de los Styles, era sin duda el más peligroso, y con tan sólo dieciséis años ya tenía un historial no muy bueno, pero siendo de los Styles eso ya se había visto venir.

-¿Espiándonos otra vez, hadita? -Una voz gruesa y grave sonó detrás de ella, causándole un escalofrío por toda su columna vertebral, a la vez que una mano conocida se apoyaba en su espalda. -Eso no esta nada bien.

No le hacia falta girarse para saber quien estaba detrás de ella, Harry Styles. No sabía como él lo hacia para coincidir con ella, pero siempre sabía donde estaba. Desde que eran pequeños la había llamado hadita, aunque ella ya le había dicho muchísimas veces que odiaba eso, él seguía llamándola así, como si le gustase molestarla, y es que a lo mejor, si era eso.

-No estoy espiando a nadie, sólo quiero ver a mi hermana -dijo ella, sin quitar su vista de la parte delantera del castillo Styles, con la voz fría y vacía que siempre usaba cuando tenía que hablar con uno de ellos.

Harry la miró sin decir ni una sola palabra, se limitó a quedarse durante varios minutos en silencio, mirando el castillo, como si estuviera pensando en que decirle. Era un tema demasiado importante como para tomárselo a la ligera.

-Ya sabes que Elián no deja que salga del castillo, hadita, nunca sale y no dejara que salga, deberías dejar de venir, alguien además de mi podría pillarte, y las consecuencias no serían nada buenas -él murmuró cerca de su oído, haciendo que el cuerpo de ella temblará por el acercamiento entre ambos.

Helena ya sabía eso, su padre se lo había dicho cientos de veces, pero ella aún mantenía la esperanza, por muy tonta que fuera, de ver a su hermana, Zoé, una vez más. Hacia apenas unos meses Elián Styles, hermano de Harry Styles había aparecido en su humilde casa familiar argumentando que era hora de que la profecía se cumpliese, y la elegida había sido Zoé, que con veinticinco años tenía la misma edad que Elián.

Aunque había preguntado a su padre millones de veces que era aquella profecía, su padre se había negado de todas las maneras de decirle algo, por mínimo que fuera.

Cerró sus ojos con fuerza, reteniendo las lágrimas que se habían formado en ellos. Extrañaba su vida antes de aquello, extrañaba ver a su familia feliz, unida, con esperanza. Ya no quedaba nada de aquello, su madre se había vuelto una persona vacía, sin ganas de nada, parecía más muerta que viva, al igual que su padre. No había ido al colegio en un largo tiempo, y sus padres tampoco habían dicho nada, sólo quería que todo fuese como antes.

Notó un brazo a su alrededor, y luego un cuerpo pegado al suyo, aún sabiendo que era un Styles, sólo pudo apoyarse en su hombro y llorar por todo por lo que no había llorado antes.

-Vamos, hadita, es hora de que te vayas a casa, no puedes estar aquí por más tiempo, alguien podría vernos y ya sabes lo que pasaría si te vieran aquí, has tenido suerte de que nadie te notará las últimas veces -dijo él unos minutos más tardes todavía sin liberarla de su largo abrazo, un abrazo que había necesitado tanto.

Dejó que él la sostuviera un poco más, sólo lo suficiente para poner todo en orden en su cabeza. Después de eso, caminó con cuidado entre las plantas para poder salir de allí, limpiándose las lágrimas con las mangas de su sudadera. Se sentía mucho mejor después de llorar y vaciar todo, pero sabía que eso no había cambiado nada, seguía odiando a todos los Styles.

Y nunca jamás podría perdonarles por todo lo que habían hecho a su familia.

Dos días más tarde Helena se encontraba en su casa, mirando concentrada la última foto familiar que tenían, en esa foto todavía eran felices, antes de que Elián se llevará a Zoé.

Su padre se sentó a su lado en silencio y la miró, con esos ojos azules idénticos a los de ella, entonces él suspiró fuertemente antes de coger el último retrato familiar de la mano. Lo miro fijamente y luego se paso una mano por el cabello rubio, en eso eran opuestos, mientras que su padre era rubio, Helena tenía el cabello pelirrojo de su madre.

-Hay algo que tengo que decirte, pequeña, algo que es muy probable que en un futuro pase. Elián vino el otro día mientras no estabas y nos dijo algo que puede cambiarlo todo, no te preocupes ahora cielo, pero quiero decirte que tengas mucho cuidado con los Styles, tienes que hacer que te odien, ignoralos, es por tu propio bien -susurró su padre, esas eran las únicas frases enteras que había hecho desde que Zoé se había ido, y eso, de alguna manera, hizo que a Helena se le humedecieran los ojos. -Tu madre y yo te queremos mucho, cielo, sólo queremos lo mejor para ti, ahora estamos un poco dolidos por tu hermana, pero nunca dudes que te queremos.

Él volvió a deslizar el retrato entre las manos de Helena y desapareció en silencio de la habitación, dejandola confusa, muy confusa. Se tumbó lentamente en su cama con la colcha rosa y miró hacia el techo blanco.

No sabía a que se había referido su padre, pero tenía muy claro que nunca jamás podría mirar a un Styles con algo que no fuera asco, odio o rencor, bueno, al menos eso fue lo que quería hacer, incluso si tenía que ignorar el atractivo de Harry Styles.

The Greek. (Harry Styles Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora