Capítulo 05

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- Yo...-Traga saliva con fuerza- Pensé en ello. Pero no podía entretenerme con mi fantasía. Eres prohibida.

- ¿Quién dice?

- Tu papá...

Lo detengo. No quiero escuchar sobre mi papá mientras estoy llena con su pene.
- Todos tienen un secreto, y este será el nuestro -Engullo su polla con mi coño otra vez.

Él gime en respuesta. Parece que no puede ser objeto de burla.

- Mierda. Nena. Joder.

Me meneo bajo él.

- Haz que me corra. Me follas tan bien.

Justin gruñe y me martillea con su polla, rápido y duro, hasta que estoy viendo mariposas pululando en mi visión. Dios. Es el cielo. Murmuro, urgiéndolo a que me tome más duro hasta que un violento clímax me acecha. Floto en una tierra de locura mientras él sigue ritmo, retirándose y avanzando, llenándome una y otra vez.
Cuando finalmente floto de vuelta a la realidad. Me doy cuenta que hace muecas, su cuello apretado, su cara tensada y puedo decir que está por correrse.

- Córrete en mi boca. O en mis tetas.

Se retira de mi coño y bombea su polla, apuntando la cabeza hacia mi pecho. Abro mi boca, la lengua afuera, esperando por la deliciosa crema que llena mi éclair favorito. Se acaricia una vez. Dos veces. Y chorrea, chorros de semen salpican mi boca, mi barbilla y gotean por mi cuello. Grita mientras se corre.

Un hombre adulto gritando, la música más hermosa para mis oídos.
Recojo el semen con mi dedo y lo deslizo entre mis labios, saboreando el sabor dulce salado, la textura cremosa. Adoro su esencia y me inclino hacia adelante para amamantar su polla hasta que no queda nada. Mientras se suaviza, lo libero. Sostengo su mirada, mi lengua saliendo para capturar cualquier gota persistente de mi nuevo placer favorito.

- Gracias -susurro, mis labios frotando la piel sensible- Por hacer mis sueños realidad.

Él no pareció esperar mi agradecimiento sentido. Acaricia mi cara, una caricia gentil, y sonríe antes de excusarse para ir a limpiarse en el baño.

Me muevo mientras está lavándose las manos en el fregadero y salto en la ducha, dejando que el calor me relaje mucho más. Una vez terminada, abro la cortina y me doy cuenta que el Justin se ha ido. Sin despedidas ni nada. Pero no había esperado que se quedara aquí tampoco. Apuesto a que en el fondo estaba siendo sacudido por mis maquinaciones para meterlo en mi cama. Quizás lamenta caer por la tentación que presenté. Follar a la hija de su mejor amigo. Lo que lo hace un viejo lascivo.
Pero yo no lo lamento.
Obtuve lo que había querido por tanto tiempo.

El tiempo se mueve y los días pasan sin indicio de Justin deteniéndose en casa. Mamá lo invita para la usual cena de domingo, pero él declina, siempre diciendo que tiene diligencias. No lo echo de menos. Sería lindo verlo una última vez antes de que empiece mi primer semestre en Brown.

La noche antes de que me vaya a la universidad, me despierto en medio de la noche y encuentro a alguien en mi cama. Una mano cubre mi boca antes de que pueda gritar. Abriendo los ojos, no puedo ver nada en la negrura que me rodea. Mi corazón palpita, no puedo escuchar nada más que el latido en mis oídos.

- Shhh. Soy yo -susurra él.
Mi corazón da un latido. ¡Justin! ¡En mi cama! Gracias, hada del sexo.

Me muevo a tientas en la oscuridad y agarro su cara, aplastando mis labios sobre los suyos, besándolo con un hambre que no sabía que poseía, tomando todo lo que me había perdido. Gracias, joder, porque él me besa de vuelta. Nuestras lenguas se enredan, probando, saboreando hasta que quiero derretirme como mantequilla. Nuestra respiración es acelerada cuando finalmente apartamos nuestros labios. Acaricia mi mejilla.

Ya No Soy Una Niña/O.S-j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora