El lamento de Jyuusimatsu (Oneshot Osomatsu-san)

Capítulo único

Un par de veces al mes, Jyuusimatsu iba hasta la playa. No iba para batear u hacer ejercicio. Simplemente quería estar solo.

Era duro mantener esa gran y agradable sonrisa por siempre, y además, no quería molestar o preocupar a sus hermanos por algo que no tenía solución.

Su corazón estaba roto.

Jyuusimatsu vio la orilla. El mar estaba tranquilo y parecía una gran piscina de agua salada. Se agachó, cogiendo una piedra y botándola al agua, provocando pequeñas ondas que cada vez se hacían más grandes.

En esa playa se conocieron los dos y sonrió lastimosamente al recordarlo. No vio la gran ola que lo engulló, pero ella estuvo ahí para salvarlo, en el momento justo.

Tomó otra piedra y la lanzó del mismo modo. Suspiró y comenzó a hablar en voz alta.

- Hace mucho tiempo que no sé nada de ti, Homerun-chan.- Su voz era ronca, de no haber hablado por mucho tiempo.- Me gustaría haber podido mantener el contacto... pero tú no me dejaste tu dirección, ni tu número de teléfono.

Lanzó otra piedra. El mar seguía igual de tranquilo, como el espíritu de Jyuusimatsu.

- Mis hermanos me ayudaron mucho a superarlo, aunque no tuvimos nada, sólo éramos amigos...- Llevó su mano a la barbilla, pensativo.- Pero fue lo más cerca que estuve de amar a una mujer.

La suave brisa marina acarició sus mejillas, haciendo que Jyuusimatsu cerrara los ojos por un momento.

- Te echo mucho de menos...- De sus ojos saltaron dos espesas lágrimas con rapidez, descargando todo el dolor que había tenido que soportar por tanto tiempo.

Miró el horizonte con los ojos llorosos. El sol se estaba poniendo, dando por fin paso a la noche.

Jyuusimatsu imaginó la imagen de Homerun en la puesta, sonriéndole como había hecho todas las veces que habían estado juntos. Era tan hermosa, pensó dolido.

Secó sus lágrimas con la manga de su sudadera y volvió a sonreír como hacía siempre.

- Prometo ser fuerte, por todos. Por ti.

Suspiró de nuevo, admirando el paisaje. Las olas se hicieron notar un poco más y se agachó para observar el suave vaivén...

- ¿Jyuusimatsu-san?

Jyuusimatsu abrió los ojos y se levantó, mirando a los alrededores. Una chica lo esperaba detrás con las manos entrelazadas y sonriendo. Él se sorprendió y su corazón comenzó a palpitar como si de un motor en marcha se tratase.

Ambos se acercaron poco a poco y quedaron mirándose al frente. Homerun tenía sus mejillas bañadas de rosa y Jyuusimatsu pasó saliva, igual de impresionado.

No podía creer que la tuviera delante de nuevo. Para él era un espejismo, un fantasma del pasado.

- He... he escuchado lo que has dicho.- Homerun bajó la mirada, un poco avergonzada.- Yo no quería, sólo...

- No, está bien.- Jyuusimatsu negó con la cabeza, sonrojado.- ¿Qué... qué haces aquí?

- Vine a ver la playa... pero el destino quiso que nos encontráramos de nuevo.- Sonrió.

Jyuusimatsu asintió y le devolvió la sonrisa.

- Escúchame... yo... me fui por mi pasado, no quería que...

- No tienes que darme explicaciones Homerun-chan.- La interrumpió suavemente.- Si tú piensas que fue la mejor decisión, la respeto.

Homerun abrió los ojos y posó su mano en el hombro de Jyuusimatsu, tocándolo con cariño.

- Realmente has cambiado, Jyuusimatsu-san.

Jyuusimatsu sonrió escuetamente y miró de nuevo al mar. Seguía igual de tranquilo en esos momentos.

Homerun sacó un papel de su bolso y se lo tendió, sonrojada.

- Aquí está mi número de teléfono, si lo quieres...

Tomó el pedazo de papel entre sus manos y lo miró. Luego, lo guardó en su bolsillo para después sonreír.

Homerun sabía que no la llamaría, pero estuvo bien para ella. Ambos se sonrieron y separaron sus caminos una vez más.

"Realmente no te has vuelto fuerte por mí, sino por ti mismo."

Si el destino quería unirlos, aquello ocurriría.

Las olas borraron lentamente las huellas de aquella orilla, demostrando que, con tiempo, todas las cicatrices desaparecían.

FIN