Jugo Y Huevos Revueltos.

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Mis pies me dolían mucho haciendo que cada paso fuera una tortura, el frío de la mañana me dejaba temblando así que apresure mis pasos a una cafetería y al entrar me senté en el primer lugar que encontré que fue junto a la ventana.
Las sillas eran color rojas y eran suaves, la mesa era roja igual pero tenía algo escrito en un extremo "Edward & Emma"; pase mis dedos por enzima de las letras escritas con algo filoso.

-Esos chicos que rayan los muebles-escuche una voz de una señora algo cansada y mayor-Buenos días, linda-me sonrió-¿Qué deseas ordenar?-sacó una libreta pequeña y un bolígrafo.

-Buenos días-sonreí-Yo... No tengo dinero-suspire-Yo sólo buscaba un lugar donde descansar ya que he caminado toda la noche sin poder parar y mis pies duelen mucho...-dije y la señora miro mis pies y vio que no tenía zapatos y que mis pies estaban sucios y lastimados.

-Yo... Lo siento mucho-dijo mirando mis pies-Mira... Te daré un poco de jugo y unos huevos revueltos-dijo sonriente.

-Pero no tengo como pagar...-dije casi en susurro.

-Va por la casa-acaricio mi mejilla-y veré si mis zapatos te quedan ya que tengo unos extras que traje por cualquier cosa y como soy de pie chico y veo que tu igual yo creo que si-dijo sonriendo y mostrando sus hoyuelos.

-Muchas gracias-mis ojos se cristalizaron un poco.

-No llores lindura...-me ofreció un pañuelo-Ahora te traigo tu desayuno y los zapatos...-dejó una pausa para que le diga mi nombre.

-Luna-dije limpiando la lagrima que se me había escapado.

-Un hermoso nombre para una hermosa chica-dijo amable-Ahora te traigo todo, Luna-acomodo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

-Gracias...-mire su nombre escrito con plumón negro en su delantal-Harper-sonreí

Ella fue a la cocina para unos minutos después volver con jugo anaranjado y unos huevos revueltos con pan en una bandeja y en la otra mano unos tenis negros así que me paré rápido para ayudarle pero ella me dijo que me sentará y me puso la bandeja en la mesa y me extendió los tenis que me quedaron bien.

-Vaya, somos la misma talla-dijo sonriente-eso me alegra.

-Sí... Muchas gracias, Harper-la mire agradecida-No sé como te podré agradecer todo esto...-dije casi en susurro

-Comiendo los huevos y tomando tu jugo-dijo mostrando sus hoyuelos-Y Viniendo a comer y cenar hoy-me miro a los ojos.

-Yo...-no pude completar mi frase puesto que Harper me interrumpió.

-Y no acepto un no como respuesta-dijo algo seria.

-Bueno... Muchas gracias-me paré y la abrace.

Ella al principió se quedo sin hacer nada por unos dos segundos pero luego me correspondió el abrazo y acarició mi espalda.

-No tienes que agradecer nada, Luna-dijo en susurro-ahora come para que estés fuerte-me miro sonriente.

-Si, gracias-sonreí y me senté a comer.


-Monserrat Maurin.

Luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora