Capítulo I

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Midorima no daba crédito a lo que estaba haciendo. ¡Otra vez!

¿Cuántas veces tendría que hacer de niñera? Estaba cansado de ir detrás de una cría, sin conocimiento, irresponsable...incapaz de hacer frente a sus obligaciones de...

Paró en mitad del patio y respiró profundamente. Se subió las lentes y miró a su alrededor. No debía ponerse nervioso. De los dos, él era el maduro. Demostraría que no era tan complicado cumplir con los deberes y a la vez , hacer lo que Dios sabría que haría en sus ratos libres.

Estaba dispuesto a continuar su búsqueda cuándo, del árbol que estaba a su lado, cayó el envoltorio de un bocadillo. Dándole en la cabeza.

-¡Perdón! ¡Se me ha caído, juro que no lo he tirado!

Una cabeza asomó de una de las ramas más bajas del árbol. Miró al chico con ojos curiosos y luego, como si nada, volvió a su sitio, ignorando por completo a Midorima.

Ésto, por supuesto, puso de más mal humor al peli-verde.

-¡Tendrás cara! ¿Vas a ser capaz de ignorarme?

- Ya te he pedido perdón. ¿Qué más quieres?

-Baja.AHORA.

-No eres nadie para darme órdenes, cuatro ojos.

"¿Cuatro ojos?"

Midorima se puso rojos como un tómate. Miró su reloj. Faltaban sólo diez minutos para que empezara el entrenamiento. Llegaría tarde, y todo porqué tenía que compartir las obligaciones de clase junto a ella.

(___), el nuevo dolor de cabeza de Shintaro Midorima.

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Todo había empezado el día de presentación del Instituto Shutoku.

Cómo era de esperar, Midorima había sacado unas notas altísimas en el examen de iniciación, y esperaba de corazón ser el delegado de su clase. Pero no. Alguien le había superado.

Durante el discurso del primer día, dónde se encontraba rodeado de los nuevos estudiantes, se preguntaba una y otra vez quién podía haberle ganado. En Teiko siempre era Akashi. Jamás fue capaz de superar, ni una sola vez, las notas de su compañero de equipo. Por supuesto tampoco lo superó en el baloncesto, y ya ni hablar del Shogi.

Estaba perdido en sus pensamientos cuando nombraron quién sería el delegado. Se fijó entre los que estaban allí quién se levantaba, y para su sorpresa fue una chica muy bajita que estaba unas filas delante de él.

Parpadeó sorprendido. Era tan pequeña que apenas parecía que tuvieran la misma edad. Iba a ladear un poco la cabeza para ver si podía ver su perfil, cuándo fue su nombre el que dijeron.

Subdelegado.

Se levantó escuchando alguna que otra exclamación, sin duda alguna debido a su altura. Fue cuando ella se giró, seguramente por curiosidad de saber quién iba a ser su "ayudante" en las tareas de la clase.

Jamás había visto un rostro más perfecto.

Conocía chicas guapas (aunque nunca se había sentido atraído por ninguna) pero aquella cara superaba con creces lo que él definía como belleza. Ella le miraba de arriba a abajo, con cara inexpresiva, y volvió a girarse, cómo si nunca se hubiera interesado.

¿Qué cara de Imbécil tendría él en aquel mismo momento? esperó por su reputación que ninguna. Era la primera vez que le pasaba algo así...pero estaba casi seguro que se había mantenido firme...

Bueno...si es la delegada, significa que ha sacado notas muy altas, y por lo tanto que es una chica responsable y atenta. Haré lo posible por sacar mejores notas de aquí en adelante y en cumplir con mis obligaciones como subdelegado.

Eso pensó Midorima...

En ese momento, era imposible pensar que aquella chica con rostro de ángel se convertiría en la peor de sus pesadillas...

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Se dio por vencido.
Midorima se disponía a partir al entrenamiento, cuándo escuchó a sus espaldas un ruido de hojas.

(___) había bajado del árbol y miraba a su compañero de clase con ojos risueños.

-Deja de agobiarte por todo, Shintaro, tengo el trabajo heho.

-No me llamas así

-Shin-chan, pues.

El joven se sonrojó y se subió las gafas.

-Midorima mejor. No me trates con tanta confianza. Y si tienes el trabajo damelo para entregarlo.

Ella puso los brazos en las caderas, y lo miró desafiante.

-Te recuerdo que la delegada soy yo, así que dame tu parte y lo entregare yo.

-No lo tengo aquí, debo ir a entrenar. Por eso digo que me des tu trabajo. Lo entregare al salir.

-Oh, que amable por tu parte.Pero no me lo trago. Creo que lo que buscas es mirar y estudiar MI trabajo.

Midorima entrecerro los ojos. La situación era ya muy tensa entre ellos. Debería calmar la situación.

-No es eso para nada,no me lo des si quieres. Pero no te daré el mío hasta que no acabe el entrenamiento.

-De eso nada. No voy a esperar a que acabes para irme a casa.

Midorima alzó los hombros con diferencia, y empezó a ir al gimnasio.

-Tu verás pues lo que haces. Yo le entregaré mi trabajo al tutor con tu parte o sin ella.

(___) se quedó sola en el patio. ¡En que mal momento le había tocado ser delegada! Y eso que contestó mal aposta algunas preguntas. Y aún así...

Suspiró desganada. Era mentira lo que le había dicho a Midorima. No tenía ni por asomo el trabajo terminado, pero para ella era coser y cantar.

El verdadero problema era si se presentaba sólo una parte. Sin duda el tutor les haría reunirse y les soltaria la típica chorrada de lo importante que era que ambos cooperaran para ayudar a sus compañeros y bla bla bla...

Si eso era lo que Midorima buscaba para perjudicarla cara al tutor, no lo conseguiría.

Pero el capullo lo iba a pagar caro por molestarla.

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Hola holaa!

¡Tenía ganas de escribir algo con Midorima!

Espero que éste fic guste como el de Murasakibara. Voy a esforzarme tanto como el primero ^^

Saludos!!

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