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Capítulo IV:

Midorima prestaba atención al tutor, que pacientemente explicaba las bases y normas de la jornada de arte que se llevaría a cabo.

El resto de alumnos parecían ilusionados. La idea de participar en un evento que quitara horas de estudio siempre era bienvenido, y de paso aprenderian algo nuevo.

Todos menos (___). Ella, como siempre, en lugar de prestar atención a la clase, prefería mirar por la ventana y perderse en sus pensamientos.

-Por supuesto, ésta actividad es algo que debéis llevar a cabo vosotros. Nosotros, en concreto yo, vuestro tutor, estamos aquí para orientaros . Pero seréis vosotros los responsables de todo, y los delegados serán los representantes de cada clase y quienes se encarguen de hablar con los profesores si tenéis algún tipo de duda.

Midorima y (___) cruzaron sus miradas fugazmente, sin cambiar la expresión de sus rostros.

-Así pues os dejo que habléis para decidir vuestro trabajo. Yo mientras voy a ir a la sala de profesores.

El joven tutor cogió sus cosas y salió de la clase. Ni diez segundos pasaron cuando se empezó a oír jaleo.

-¡Hostias que guapo!

-Pues yo creo que ésto no va a influir mucho en la nota, no cal tomarlo tan en serio.

-¡Que le den a todo! A mi ésta mierda no me gusta.

-¿Midorima-kun, qué vamos a hacer?

Midorima miró a la chica qué había preguntado, y en nada tenía a varios de sus compañeros alrededor de su pupitre.

-Shintaro es muy aplicado,¡Seguro que se le ocurre algo!

-Por favor, yo soy muy torpe, no quiero participar en esto.

-¿Tenemos que acudir a todas las clases de tutoría?

El peliverde miraba a todos sin saber a quién contestar primero, aunque dudaba si le iban a dejar a hablar, pues ni siquiera eran capaces de hablar de uno en uno.Miró a
Takao, que se reía de él. Maldito Bastardo...Iba a levantarse y poner orden,cuando un sonido estridente y muy molesto llegó a sus oídos.

Todo el mundo se echó las manos a las orejas, y miraron a (___), que se entretenía pasando sus uñas por la pizarra.

-¿Te has vuelto loca (___)? ¡Deja de hacer eso!

-Cierra la boca, Takao.

La joven se giró para mirarles fríamente. Todos habían enmudecido.Muchos de ellos temían el carácter explosivo de la delegada, y por ello solían pedir consejo a Midorima antes que a ella.

-¿De qué coño vais todos?¿esperáis de verdad que Midorima resuelva todos vuestros problemas? Vosotros también tenéis cabeza para pensar, así que no os pasará nada por usarla alguna vez.

La gente se miró entre ella, a la vez que Midorima no despegaba sus ojos de (___). Jamás en la vida esperaría que (___) hablara de esa forma, y menos con lo que parecía un intento de ayudarle a salir de un apuro.

-A ver...tu.

(___) señaló al chico que tenía más cerca. Éste se puso recto.

-Dime,¿hay algo que sepas hacer relacionado con el arte?

-P...Pues no...

-Genial. Que bien empezamos. Más fácil. ¿Quién de ésta clase pertenece al club de música, literatura o pintura?

Muy pocas personas levantaron la mano. Los chicos se miraban entre ellos, viendo el poco éxito de la pregunta. (___) también suspiró. Esperaba ver más gente metida en el tema.