Capítulo 3

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Es la hora del patio, estoy con Sheila, Megan y mi prima. Veo que Bruno está con sus amigos y no hace nada por venir a verme, así que yo también decido pasar de él y vamos con unos amigos.
Toca el timbre a las once, avisandonos de que el patio se ha acabado. Tenemos el examen del libro, una mierda de libro que habla de la mitología griega. Viene el profesor de Castellano y nos entrega el examen, hay 20 preguntas tipo test, me sé la mayoría y creo que apruebo.
Son las dos menos cinco, toca el timbre y nos vamos a casa, me voy en el coche del padre de Megan.
Llego ansiosa y hambrienta a casa, en la mesa hay preparados unos macarrones a la carbonara, me pierden. Cojo en móvil y busco en la lista de contactos del Whatsaap Argentino, le mando un mensaje que dice:

¿Qué te ocurre? La verdad es que no entiendo nada. Pasas de y parece que no te importo, si me diste la oportunidad vamos a aprovecharla.

Veo que lee el mensaje y no contesta, estoy muy enfadada, no sé si terminar esto aqui.
No voy a estar detrás de él, ya verá lo que hace.

Me tiran muchos tíos y paso de ellos por Bruno para que él me lo pague así. Es flipante.

A la hora me habla, diciéndome que estaba ocupado y no podía contestarme, y con cuatro palabras hace que mis pensamientos cambien.
Son las cinco y bajo al perro con mi prima, estamos media hora mientras le cuento lo ocurrido y subimos pronto, hace diez grados, muero de frío.
Decido terminar los deberes, para ducharme pronto y ver una peli de miedo con mi hermano.
Cenamos, sopa calentita.
Que bien me ha sentado, cojo el móvil y hablo con Bruno hasta las once. Me preparo la mochila para mañana y me voy a la cama. Doy vueltas y vueltas, pero consigo dormirme a las doce.
Caigo en un sueño profundo.

Bocas CalladasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora