Comenzó a vibrar mi celular indicando que tenía una llamada en espera.
"Sí" pregunté cuando contesté él móvil.
"Hija, ven al hospital Central, t-u her-mana" mi madre gritaba y no lograba oír muy bien por él bullicio de las sirenas que se escuchaba a través de la línea.
"¿que le pasó a Vannesa?" fin de la llamada.
. . .
Corrí con dirección a la entrada del hospital que mi madre me había dicho minutos antes.
Bajaron quién sabe cuántas personas de unas ambulancias, en unas frías y blancas camillas.
Gritos, lágrimas, Vannesa.
Ella estaba en una de esas incómodas camillas, su cabeza tenía abundante sangre y se notaba inconsciente.
Quería gritarle, decirle que todo estaría bien aunque esta no me escuchara, pero mi voz simplemente no salía, y un nudo se apoderó de mi garganta que cada vez se me hacia más grande.
Los enfermeros pedían él paso rápidamente, cuándo vi a mis padres, solo pude caminar, no tenía las suficientes fuerzas como para correr en ese minuto.
Mi padre intentaba ser fuerte, pero sus lágrimas no paraban de caer por sus mejillas.
Mi madre tenía su rostro rojo del frío que hacia ese invierno, y lágrimas se escapaban de sus ojos.
Yo era completamente invisible ante ellos, preguntaba que había ocurrido y no había respuesta alguna.
Fue en ese momento cuando comencé a desesperarme.
¡¿Que ocurría maldita sea?!
. . .
Las cosas se habían calmado un poco a medida que pasaban las horas, mi padre caminaba de un lado a otro en la sala de espera.
Mi madre por otro lado estaba sentada en una de esas duras sillas azules que allí habían, y yo estaba de pie al lado de ella.Salió tras las puertas blancas que tenían vidrios polarizados, un señor con bigote y cabello gris con una bata del mismo color de las puertas, este venía con unos papeles en sus manos.
"Mónica Hood" se escuchó el nombre de mi madre, el doctor la había llamado.
Nos acercamos al hombre del bigote, cada palabra que este decía era una llaga en mi corazón, tirar una gran roca en una balanza de juguete.
"Vannesa Carolina James Hood- mis padres asintieron- ella... Ella no resistió él impacto del choque, Vannesa falleció a las 17:56 p.m, lamento mucho su pérdida.
Mi mundo se vino completamente abajo, yo era esa balanza, me había roto en pequeños pedazos.
Fue aquí cuándo cambió todo.
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Alice
PoetrySi supieras cuánto te extraño Vannesa, desde tu muerte todas las cosas cambiaron rotundamente. Te gustaba que hiciera rimas, aunque fueran pésimas. Si estuvieras aquí, no estaría escribiendo en este viejo y sucio diario para tranquilizar mis lágrima...