Mi travesía empieza cuando tenía más de 6 años y casi muero, bueno no muerta del todo pero si por dentro. Cuál fue mi causa te has de preguntar. No hay forma de decirlo sutilmente, es lo que es, una muerte lenta. Que te deja en el limbo. Solo algunas personas se ven afectadas por esta enfermedad o eso es lo que me dijeron cuando la encontraron, más bien cuando encontraron algo mal en mi cuerpo. Lo malo ahí es exterminarlo o eso dicen. Al fin y al cabo es como si mi cuerpo ni siquiera quisiera estar vivo, es como si se quisiera despojar de mi alma. Esta enfermedad es tan rara como que yo la contraiga. En sí no es extraña, pero mi cuerpo reaccionó de una manera única o eso es lo que mi médico dice cuando voy a verlo, más bien casi todos los días. Mi cuerpo se está matando a el mismo, ¿cree que no valgo la pena vivir?
Pero bueno, soy la única que reaccionó así a la enfermedad y como resultado nunca habrá una cura o en 10 años si es que tenemos mucha suerte. Pero si mi cuerpo no me quieren porque siquiera intentar. Eso es lo que pienso yo aunque nunca se lo he dicho a nadie, es como soy todo sigue tuvieran pánico a la muerte aunque ellos no sean los que se van a morir en manos de un montón médicos que amablemente se ofrece a salvarte la vida. Aún me acuerdo entrar a la sala de emergencias de un hospital, sangrando sin cesar de una caída. Ya han pasado a diez horas sangrando y 1 1/2 litro de transfusión de sangre. De repente entro el médico con cara de preocupación de tipo del cual le dedicarícaras a un perro que pasa por la acera mientras está lloviendo, del tipo de mirada que te da un profe al cual le tienes mucho afecto diciéndote que no has logrado pasar un examen. Se acercó y me dijo que tenía Leucemia de células pilosas o HCL.
Después no pude escuchar más, todas las palabras eran letras sin sentido, como si mi mundo se hubiera roto en mil pedazos, como si me digieran que no podía volver a respirar. Aunque esa parte es medio cierta no en el sentido biológico de respirar sino en uno más mental. Como si todo lo que pienso no tiene un respiro, no es mi culpa pensar casi todo el tiempo en morir. Respirar es lo que quiero,pasar más de 4 horas sin pensar en la muerte, no quiero pensar en el dolor, pensar en lo que podría haber hecho de no ser ese día. Las palabras aun no no cobran sentido para mí. Caigo como en un vacío sin nada de donde aferrarme. Nada en que pensar. Nada que no te pueda matar. Todo te hace daño, hasta la luz del sol o eso es lo que me dijo el médico, que aún me ve como si en cualquier momento me fuera a morir. Mi madre lloro, aunque ella no es la que se va a morir, a mi es la que le duele ser inyectada y demás. Ello no sabe que es pasar dolor, este tipo de dolor. Después de eso empezó a dudar de todo y de todos, religión, medicina, médicos, familia.
Después de muchos años de pruebas te vuelves como inmune al dolor, pero nunca te vas a volver inmune al miedo que da el dolor, a ser examinado, a ser sujeto de pruebas. Poco a poco entiendes que tener una enfermedad es como si el mundo parara de girar, todo el mundo te mirara al mismo tiempo, te señalara y te digiera bicho raro o al menos así es como yo lo veo. Veo las cosas de un modo extraño desde que fui etiquetada como algo raro que hay que alejarse de eso mismo. Todo tiene un brillo más azulado, todo se vuelve más triste, lento y oscuro. Empiezas a ver como todo se transforma y como la gente se transforma cuando les dices que te vas a morir. Sus ojos se transforman, en ojos llenos de preocupación y compasión, llenos de tristeza y de lastima por ti, es como si inmediatamente seas menos persona que antes como si tuvieran la obligación de cuidarte y ayudarte todo el tiempo. Después de todo esto está la bendita compasión. Ese es el sentimiento que más desprecio. No es mi culpa, pero no quiero que nadie incluyéndome, pelen por una causa en vano como lo es encontrar una cura. Es como buscar una aguja en 300mil pajares, es inútil.
Mientras que algunos buscan la cura, muchos se refugian en la fe. Yo en cambio espero la muerte con los brazos abiertos. Eso pondría fin a mi miseria, a esas miradas, al dolor, al miedo a sufrir y a mi causa sin fin. Sé que morir a esta edad no es normal, pero creo que mi cuerpo me pide a gritos ser liberado de la faz de la tierra. Como borrar un rayón de lápiz en una pintura perfecta. Pero eso aún no pasa. Hace años que deje de ser optimista. Te das cuenta que la gente solo son un montón de caras y nada más. Al final del día te acuestas, el dolor se disipa y solo quedadas ti en el espacio vacío pero aun así tu vida no cobra sentido. Piensas en todo lo que podría haber sido tu vida y tu cerebro crea imágenes imposibles, o te juega una broma y te mueres en el sueño, muchos se levantan de golpe, yo en cambio no. La muerte no me asusta. Desde que iba a cumplir los 7 esa ha sido mi realidad. Lo único que me queda es mi conciencia y mi cuarto. Un refugio donde puedo ser yo, donde nadie me mira, donde puedo ser quien quiera que sea. Esas cuarto paredes son mucho más que eso, son mundos sin explorar, son mis mundos y mi realidad al mismo tiempo
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Una historia para recordar
Ficção AdolescenteUna chica con una enfermedad grave que la va matando lentamente, ella dejo de ser optimista y dejo de ser feliz. Su vida es un simple cuadro azul y no quiere seguir viviendo en el. Pero ella no puede tomar la decisión de morir. Así que solo hace lo...