Una Vuelta Del Destino

¿Cuántos aliados puedes conseguir durante la guerra ?

-No, no pude ser posible Karin mi hijo murió, y con el mi única oportunidad de engendrar...- dije tratando de encontrarle una equivocación a su diagnóstico.

- No, Naruto, tu única oportunidad de concebir muere con el nacimiento del hijo... Tu hijo nunca nació y Kyubi busca otro contenedor, alguien que pueda retener su poder cuando tú ya no seas necesario... Ese es el motivo por el cual el clan Usumaki ha sido el contenedor de la marca por años... Ustedes son los únicos con la fuerza suficiente para retenerle... Por eso los hombres de su familia son los únicos que pueden engendrar. Es un plan de supervivencia de Kyubi no importa si es hombre o mujer siempre tiene que haber un heredero.

-No Karin...yo ... Yo... ¡No le digas a Sasuke! Yo sé lo diré, solo....solo...- las palabras salían atropelladas de mi boca.

-Tranquilo Naruto...No le diré ahora...te daré tiempo de que termines de procesar la notica...- dijo poniéndome una mano en la frente- tienes un poco de fiebre, necesito que descanses, no te esfuerces demasiado... Vendré en la noche y si para esa hora no le dices a Sasuke le diré yo.

No dije nada la escuche salir de la habitación, sentía a mi corazón tratar de salir de mi pecho ¿un bebe ? Lo complicaba todo, si Madara se enteraba, no sabía de lo que era capaz, de algo estaba seguro, el bebe no podía nacer, no bajo el mismo techo de ese Uchiha no en este tiempo de guerra, mis lagrimas escurrían por mis mejillas, tenía que adelantarlo todo, tenía que actuar rápido si quería salir ileso, incluso si eso significaba escapar y nunca volver a ver a Sasuke.

Salí de la habitación tenía justamente cinco minutos para tomar las llaves y llegar a los calabozos antes de que el siguiente guardia llegara a ocupar su puesto, trate de correr pero sentía extrañamente las piernas acalambradas, llegue al pasillo donde se encontraba la habitación del Uchiha mayor, empuje un poco la puerta asegurándome que no había nadie en el interior y pase, me encaminé al cofre que se veía en el tocador de la recámara, sabía que Madara guardaba todas las llaves que pudieran usarse en el castillo en ese pequeño cofre, lo abrí y tome un juego de llaves amarradas por una gran argolla, salí corriendo de la habitación rumbo a los calabozos, mi corazón palpitaba con fuerza, y mis piernas temblaban a cada paso forzoso que daba.

Frene de golpe ante la puerta de la sala real, quería cortar camino el tiempo se me acababa, la abrí un poco para comprobar que nadie estaba en su interior y cuando tuve la certeza de que así era me adentré en ella cerrando la puerta detrás de mí, camine unos cuantos pasos y la voz de Madara se escucho.

-Pero qué agradable sorpresa...- Madara venía entrando por la puerta principal a dicha sala.

Trate de retroceder pero mi espalda choco con pared, Madara se acercaba a mí con paso lento y yo me congelaba cada vez más al percatarme que los metros que nos separaban se convertían en centímetros, lleve las manos a mi espalda tratando de atorar en el pantalón las llaves.

-Pensé que Sasuke ya te había matado - dijo tomando mi rostro con una de sus manos - pero tal parece que ni te toca...

-Yo.. Me tengo que ir - dije tratando de pasar a su lado, pero su brazo me lo impidió

- No, no, majestad, apenas estoy iniciando una conversación, no tiene por qué ser tan maleducado...- levanto su mano y sentí el golpe en mi cara, cerré los ojos con fuerza esperando el siguiente pero su boca se unió con la mía en un beso salvaje, sus manos tomaron mi cintura pegándome a su cuerpo y su lengua exploraba mi boca, mis manos comenzaron a temblar al recordar las veces en las que me había violado... Y en una ola de furia y energía contenida le empuje al mismo tiempo que le mordía la lengua con fuerza... sus ojos enrojecieron de coraje, el golpe que me dio me tiro al suelo, lleve mis manos a mi vientre protegiéndolo de futuros golpes, sentí sus patadas impactarse cerca de mis costillas, trate de alejarme y sentí las llaves caer, Madara se detuvo al oír el sonido que estas hicieron al chocar contra el suelo.