- Uriel debes creerme. - me dije.
- Por favor, Allen, es simplemente ilógico que puedas vivir los recuerdos de otras personas. - las palabras salían de mi boca por sí solas.
Y sin darme...estaba viviendo aquel recuerdo...a través de mi hermano.
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Mis auriculares estaban colgando en mi cuello. El sonido de los pasos y los murmullos que provocaban las personas invadía el amplio lugar en donde me encontraba.
De vez en cuando, una voz se trasmitía por las bocinas para indicar la salida o llegada de un avión. Así es...me encontraba en un aeropuerto. Ya obtenía mi maleta a mi lado, y mi mochila en mi espalda, no esperaba nada.
Entonces...¿Qué hacía allí parado sin intenciones de moverme?
La respuesta era muy simple, tenía miedo de ver a mi hermano. Sí, lo admito, una parte de mi no quería encontrarse con él. Pero la otra se sentía feliz de poder ir a verlo.
Estuve tres malditos años intentando borrar a mi familia y amigos de mi vida. Y ya lo había logrado. Había hecho una nueva vida en otro país (tuve que adaptarme al idioma y costumbres) sin saber nada de nadie.
Ahora, de la nada recibo una llamada de mi hermano y me encuentro en el aeropuerto con objetivo de encontrarme con él.
«Aunque no quiera...la familia siempre termina unida.»
Moví la cabeza y bufé para después comenzar a caminar rumbo hacia afuera. Las calles estaban algo llenas(para ser la madrugada). Con algo de esperanzas, miré por toda la calle intentando localizar un taxi que me llevara a destino a la casa de mi hermano.
Pasaron varios minutos y ningún taxi pasaba; lo cual era muy extraño. Ya que los aeropuertos siempre están rodeados de taxis por los turistas. Me estaba molestando un poco, estuve semanas haciendo las gestiones para llegar ahí. Y tan sólo me falta un paso; el cual no puedo lograr.
Nuevamente comencé a caminar, ¡Al diablo los taxis!, ahora estoy en busca de una parada de bus. Busqué de reojo a alguien de apariencia fiable por todo el gentío que se atravesaba entre sí. Un joven de cabello castaño, empleado del lugar, se encontraba recogiendo unas maletas para colocarla en un carrito. Con algo de confianza me acerqué a tocarle el hombro.
El joven se giró y entrelazó su mirada con la mía. Yo simplemente di un paso hacia atrás y presioné mis labios para ocultar mis leves nervios.
Su mirada castaña era hermosa.
Pero...¿En que estaba pensando?, ¡Gran idea ir a hablarle a un empleado....o a una persona!
Una sonrisa amable se formó en su rostro. Sin dudarlo, preguntó en qué le necesitaba.
✿ Recuerdo:
Una chica de cabello largo y castaño claro se encontraba frente mío. Su cabello se deslizaba siendo movido por la poca brisa que hacía en ese momento. Al verla de espalda sentía como mis manos temblaban un poco. Me llevé una mano al pecho para apretar un poco mi camisa.
