Yes, I Do | Nick Jonas

Capitulo 10

Capitulo X

Luego de una cena tan íntima, dónde compartimos sonrisas y risas que llenaban el lugar y convertían el ambiente en uno de esos lugares tan cálidos, en un hogar. Eran alrededor de la una de la madrugada, y la televisión en la habitación seguía encendida. Sentía los latidos de Nick sonar tan lentamente que juré no haber escuchado un sonido más espectacular que el de su corazón latir, mi cabeza reposaba sobre su pecho y su mano acariciaba mi cabello. De repente mientras El diario de una pasión comenzaba su trama en la televisión, un destello de el hombre a mi lado y de mí firmando un papel de divorcio se atravesó por mi visión. Y morí en vida. ¿Qué pasaría con nosotros cuándo regresáramos a California?. Cuándo Nick volviera a su mundo, me estremecí al pensar en lo que ocurría. Caí en cuenta, sí nosotros éramos tan inestables. 

Un día nos odiábamos y al otro parecía distinto, ¿Qué ocurría? ¿En realidad esto era lo que sentíamos o sólo era pasajero?. No era pasajero, no para mí. No para este sentimiento que se estaba apoderando de todo mi ser. 

 -Nick...Él distrajo su mirada de la pantalla y agachó su rostro para mirarme, me acomodé en el espaldar y su mirada me siguió de vuelta. Me quedé callada por un instante y luego una caricia de Nick sobre mi mejilla me hizo volver a la realidad.

 -¿Sucede algo?. Asentí y me humedecí los labios antes de abrir mi boca para hablar. 

-¿Que ocurrirá cuándo volvamos a Los Ángeles?.- Suspiró y me acercó a él tomándome por las caderas, juntó nuestras manos y acarició la mía mientras perdía su mirada en ella.

 -Creo que no quiero pensar ahora en eso. Estoy completamente feliz de tenerte aquí _______. No quiero que esto acabe jamás, nunca sentí tanta necesidad de tener a alguien cerca. Hasta que llegaste tú. No deseo pensar en nada más hasta ahora, sólo. Soló sé que te quiero.Cerré mis ojos ocultando mis lágrimas, él me quería. Y para mí no existía cosa más importante que su voz susurrándome un te quiero. Sus labios rozaron los míos y con cada roce volvía a nacer. Mis manos acariciaban su cabello y él se encargaba de hacerme reír con cada beso en el cuello. En ese momento, sabía que estaba dónde quería estar. Justo ahí. 

-Te quiero, te quiero Ángel.

 Cuándo desperté. Lo primero que sentí no fueron mis pulmones inhalando el aire, sino los brazos de Nick alrededor de mi cintura. Debajo de mi pijama la piel se me calentó y cuándo sus leves respiros sonaban a centímetros de mi oído no pude evitar sonreír al imaginarme toda una vida así con él. Me zafé de su agarre y camine casi en puntillas hacia el baño. Me recargue en el lavabo con la cabeza gacha y recordando los besos de Nick tuve que reírme de mí misma por ser tan cursi. Me lavé el rostro y cepille mis dientes, salí de la habitación y para mi sorpresa. Nick estaba recostado del espaldar de la cama, con el cabello alborotado y los ojos hinchados, sonrío al verme y yo le sonreí de regreso acercándome.

 -Buen día Preciosa.Me susurró. 

La palabra Preciosa resonó en mi mente y el estómago se me revolvió, la sensación de las mariposas comenzaba a parecer muy cierta ahora. 

 -Buen día. Muero de hambre, ¿te gustaría desayunar?.Asintió sonriendo y se acomodó el cabello. 

Acarició mis dedos mientras me miraba sin decir nada y cada partícula de mi ser respondían a su contacto. 

-Me gustarías para desayunar. Sí me cumplieras mi antojo Ángel. Me tambaleé cuando sentí un escalofrío recorrerme el vientre y las caderas. Él sabía qué hacía conmigo, Nick sabía que decir y cuándo decirlo para ponerme al borde del abismo.