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Las calles de Leepylton no eran las mismas, el cielo no simulaba la ciudad feliz que solía ser, al fin y al cabo 10 años de un gobierno déspota, no pasan en vano. Luego de una perdida entre el pueblo llegué al lugar, a El King Black. Había varios chicos, pero ni una mujer. Miraba a mis alrededores para notificar que era la única chica. Estaba haciendo una fila, teníamos que anotar nuestros nombres en una papeleta, cuando tocó mi turno, seguía viendo a mis alrededores.

-Si dudas es mejor que te vayas.-Dijo el chico con las hojas en mano, lo miré y era él, el ángel. Lo quedé viendo como estúpida, hasta que reaccioné.

-No.

-Nombre- Dijo posicionando su mirada en las papeletas.

-¿Mi nombre?- Soltó el lápiz de manera brusca y me quedó viendo de forma irritante. Ahora no parecía un ángel.

-Si crees que este es un buen escape de casa, te equivocas, aquí no dudas sólo actúas...- Mientras él seguía aconsejándome, yo comencé a pensar en un nombre que no delatara mi procedencia.

-Joey- Dije pensando en el corcel que tenía de pequeña.

-¿Qué?- preguntó al interrumpirlo.

-Mi nombre es Joey.- Él me miró dudoso, pero luego acató y anotó el nombre que dicté.

-Genghi ordena que se vaya de inmediato princesa- Me dijo sigiloso y apartados del grupo, un chico, pude distinguirlo como un Khan.

-Pues dile a Genghi, que para ganar a veces hay que arriesgar.

-¡Malvenidos!- Exclamó Édgar Black, quién salió de las sombras, en mi estómago se produjo una sensación extraña y mi garganta parecía tener una pelota que no me dejaba tragar bien.- El hecho de que estén aquí, no significa que ya deben sentirse parte de Los Black. Para ser un Black hay que demostrar que mereces serlo.- En este instante se giró y sentó en un trono, apartado de los principiantes, chasqueó los dedos y de inmediato salieron varios hombres acorralándonos.

-Es mejor que te vayas ahora- Dijo el ángel, corrijo el demonio, quién se posicionaba frente mío.

-No te acerques- Dije mientras se acercaba lentamente hacia mí- Sé pelear- Advertí y coloqué mis brazos en posición de pelea mientras pude notar su esfuerzo de contener una risa. Él me tomó y golpeó de tal manera que caí al suelo.

-¿Necesitas ayuda?- Dijo sarcástico. Mientras se acercaba despacio a mí, me lancé a él y comenzamos a forcejear, al él alejarse bruscamente, le di un golpe violento con mi puño cerrado. Él me vio fijamente matándome con su mirada.

-Lo siento.- Dije apenada.

-¡Novak!- Gritó Édgar, deteniéndolo en su futuro acto. Se levantó de su pedestal y todo se volvió vacío, nadie se movía, nadie decía nada. Se acercó a mí y presioné mis dientes para contener mis ganas de matarlo, recordando la razón de mi estadía ahí.- ¿Señorita...? - Posicionó su mirada verde en mí.

-Joey- Dije agachando mi cara para no cruzar las miradas, pero el muy desgraciado la levantó sutilmente con su mano.

-¿Tienes miedo?- Preguntó. Todos nos miraban atentos.

-No.- Dije sin pestañar, nos miramos fijamente, su mirada chocaba con la mía, verde y marrón, se podía sentir un ambiente tenso mientras yo no despegaba mi mirada de la suya. Desafiante.

-Bienvenida a Los Black.- Se alejó despacio de mí, entre abrí mi boca, no podía creer que había entrado al clan Black.

Un Lugar Muy Muy LejanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora