Capitulo 13: El ultimo gran truco 2/2

27 1 0
                                    

Juan y yo trabajamos como locos día y noche, ocultando siempre todo rastro de que yo siguiera en la ciudad, creamos todo lo posible para hacer una retirada pica del mundo de la magia.
Me había enterado que Goodman había puesto mi foto en un blog de magos aficionados diciendo "Si ves a este muchacho, llámame de inmediato" prácticamente Goodman había armado una revuelta de magos contra mí, y aparte de eso, armo un tipo de monopolio con la sociedad de magos, vendía mis trucos a cambio de presentaciones para luego comprar más trucos, venderlos y hacer presentaciones, todo un ciclo que no hubiera funcionado gracias a mí y a mi ingenio.
Con Juan teníamos todo listo pero había un pequeño percance ¿Cómo llevamos todo hasta la cruz del cerro?, sabiendo que estaba prácticamente toda la policía centrada en mí, no por no pagarle a Goodman si no por huir de tribunales y ahora se había sumado la sociedad de mago, estaba prácticamente acabado
-Tendremos que subir de noche- sugerí
-¿Estas loco? Que pasa si nos caemos y se rompe todo-
-En ese caso, no podre despedirme del mundo de la magia dignamente-
-¿Quieres decir que es un todo o nada?-
-Efectivamente-
-Eres muy arriesgado en esto- dijo Juan mientras terminaba de pegar unas piezas.

Esa misma noche, alrededor de las 12:30 de la madrugada, se puso en marcha la caminata ultra nocturna (y friolenta) hasta la cúspide del cerro, el camino no fue agradable, tropezamos muchas veces con piedras, botellas de vino, paquetes con drogas, vagabundos y hasta con pequeños perritos que no tenían más lugares para dormir. Cuando estábamos a mitad de camino me fije en algo
-Juan-
-¿Si?-
-¿Donde está el mástil?-
-¿No lo traes tu?-
-¿No que lo traías tu?-
En ese momento nos quedamos mirando fijamente con un silencio incomodo de fondo
-Jodio el mástil entonces- dijo Juan
-Jodio el truco también entonces- replique hasta que fije mi vista hacia un poco mas abajo
-Un momento- y baje corriendo
Había un pequeño poste de luz desechado y oxidado a las orillas del camino
-Esto puede servir- dije apoyando el poste a mi hombro
-¿Que pasa? ¿Quién anda ahí?- dijo un vagabundo que aparentemente estaba usando el poste como almohada
-Disculpe señor no era mi intención despertarlo-
-¿Disculpe señor? Me acabas de arruinar el sueño de mi vida idiota, te perdono si traes al menos una botella de vino
-Lo siento, yo no bebo-
-Entonces date por muerto-
En eso, el vagabundo me lanzo un golpe... hacia el aire ya que estaba bastante borracho la verdad
-¿Que eres? ¿Un atleta?-
-No señor, soy sobrio, es distinto-
-No te burles de mi estado idiota- volvió a lanzar un golpe, esta vez acertó...al poste
-Ay! La madre!, mi manito!- dijo gritando de dolor
-Sigamos subiendo Juan, se dormirá en un rato-
Íbamos a empezar a subir cuando escuche una voz que no era del vagabundo
-Hey chicos, ¿que hacen aquí a esta hora?- dijo un policía
-Nada señor, solo escalando un poco-
-¿Escalando a las 12 de la madrugada?, si como no, acompáñenme para abajo-
-¿Piensa que estamos consumiendo drogas o bebiendo?-
-Emmm, creo que es muy obvio la respuesta-
-Pues, está equivocado oficial, solo estamos por hacer un truco de magia-
-Un truco de magi... un momento, tu eres el fugitivo!-
-El mismo y en persona-
El oficial tomo su radio
-Atención a todas las unidades tenemos un...*pss*- no alcanzo a terminar su orden cuando lo golpee con el poste dejándolo inconsciente en el suelo
-Estas loco?!- dijo Juan mirando el cuerpo del oficial
-Iré a la cárcel de todas formas, no inventes- le dije adelantándome y empezar de nuevo con la caminata.

Cuando llegamos al tope del cerro, nos pusimos inmediatamente a instalar todo para el gran acto de la mañana, estuvimos 3 horas montando todo, montando y desmontando piezas, armando y desarmando un montón de cosas hasta que al fin dieron las 7 de la mañana
-Deberíamos de dormir Juan, llevamos mucho trabajando- dije sin darme cuenta que ya se había quedado dormido.

Nos quedamos en la punta del cerro hasta las 4 de la tarde, habíamos llevado comida asique no importaba mucho el tema de quedarse ahí. Dieron las 4:15 y empezó el espectáculo, tome un micrófono que habíamos llevado y lo conectamos a unos parlantes portables (a batería y recargables) de ahí, el espectáculo inicio
-Gente del valle, solicito su atención a la cruz del cerro- la gente empezó a acercarse y algunas personas solo salieron a su patio –Muchos de aquí me conocen, unos me adoran y otros me odian, unos me apoyan y otros solo me quieren hundir, pero no se preocupen mas damas y caballeros, vengo a anunciar mi retirada del mundo de la actuación y de la magia- al decir esto gente se puso a abuchear y aparte miles de patrullas rodearon la cruz-Damas y caballeros solicito toda su atención, ya que presenciaran algo nunca antes visto, hare desaparecer la cruz del cerro- en eso uno voz familiar sonó por mi espalda
-O no lo harás- dijo Goodman con 10 policías detrás –Ya basta chico, entrégate y acaba con todo esto-
-Tendrás que venir tu a pararme-
-Con gusto- se empezó a acercar lentamente viendo la cruz cuando Juan intervino en su camino
-Adonde cree que va señor Goodman, usted se queda aquí-
-Apártate chico, esto es entre él y yo-
-Pues ahora es entre tú y nosotros- dijo Juan lanzándome una mirada confiable, yo seguía con mi acto
-Necesito la ayuda de todo el mundo, quiero que cuenten hasta 3 conmigo y esta cruz desaparecerá-
-Policías deténganlo- grito Goodman
-UNO!-
-Que no lo haga!- gritaba Goodman
Los policías se acercaban rápidamente
-DOS!-
-Nooooooooooooooo!-
-TRES!-
En eso tire lo más fuerte que pude mi bastón a los pies de la cruz y esta callo rápidamente, creando un efecto de desaparición espontanea, los aplausos sonaron en todo el valle, la alegría y el ego volvían a mi después de mucho tiempo, las llamas se volvieron a prender, pero sabía que no podía hacer nada, ya era muy tarde
-Se acabo muchacho- dijo un oficial tomando del brazo
-Lo sé, que pena-
Los oficiales me estaban llevando a la patrulla con los aplausos de fondo cuando llego Goodman delante mía
-¿Como lo hiciste?-
-Es fácil, un cruz falsa hecha de palos débiles y mantas-
-¿Y la cruz verdadera?-
-Estas sobre ella-
Con Juan habíamos decidido enterrar la cruz para que los oficiales tuvieran trabajo que hacer. En fin, me llevaron para la patrulla, luego a los tribunales, luego a firmar que mis trucos eran de Goodman y luego me trajeron aquí, a la correccional.

El Pequeño gran magoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora