Él prefería la lluvia. Ella, el sol. Yo, la nieve.
Ella miraba todas las telenovelas. ÉL, los partidos de fútbol. Yo, las noticias.
Él hablaba lo necesario. Ella bastante más. Yo, demasiado menos.
Ella amaba a Dios sobre todas las cosas. Él era ateo. Yo, agnóstico.
A él le gustaba ir a bailar. A ella los conciertos. A mí, el cine.
Ella lucía un premeditado desaliño. Él estaba siempre impecable. Yo, no tanto.
Éramos buenos amigos pero ella estaba enamorada de él. El problema era que él me amaba a mí. Y yo, claro, la amaba a ella.
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Los suicidas se divierten
PoetryEs un pequeño libro que habla de la vida misma tal como es algunas veces