Sombra 7

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Lloro tanto que Carrick se asusta y da un paso atrás.

Quiero gritar. Quiero chillar. Noto como la rabia me quema por dentro.

Deseo que el Hombre Malo estuviera aquí.

Siento que tengo demasiadas cosas en la cabeza. Siento que de repente demasiadas personas me importan. Me importa como están, que sienten y que piensan de mí.

El Hombre Malo sabía qué hacer para que ese sentimiento de empatía desapareciera. Esa estúpida sensación de que la vida de los demás me importa.

Una vez el Hombre Malo me pegó tan fuerte que pude sentir como mis tripas se sacudían en mi interior.

Carrick, Eliot y Grace ni me pegan ni me chillan. Están siempre pendientes de mí. De que necesito. De que quiero en cada momento. Me cuidan.

Eliot se baja del columpio y corre a esconderse detrás de Carrick.

Siento la necesidad de pegarle a algo o a alguien. Siento como si mis manos quisieran darle una paliza a lo que sea. Una paliza como las que Hombre Malo nos propinaba día sí, día también, a mamá y a mí.

¿Seguirían queriéndome si golpeara algo? ¿Si le pagara a algo, a alguien o a mí mismo?

Grace se acerca y se arrodilla. Quiere tocarme, puedo verlo en sus ojos.

"Oh, querido " – El tono de su voz es cálido y suave. Sus manos están temblando.

"Lo sé, cariño, lo sé" – No sé qué es lo que sabe, pero sea lo que sea no puede ser bueno.

Su pelo es precioso.

Me acerco a tocarlo. Grace se sorprende, pero no se mueve.

Su pelo es suave. Suave y cálido, como su voz.

Grace sigue quieta. No respira.

Toco su oreja. Su piel es suave, como la de mamá. ¿Me dejará algún día hacerle una trenza?

"¿Puedo tocarte, Christian?" – Me pregunta. Dudo por un segundo.

Doy un paso atrás y al intentar escabullirme me tropiezo y caigo al suelo.

Me he manchado los pantalones de barro.

Grace se acerca.

Sigue acercándose. No parece que vaya a detenerse.

Grace no me haría daño, ¿no?

Carrick y Eliot miran lo que ocurre desde la distancia. No dicen nada, solo observan.

Cuando llega hasta donde estoy se detiene y me mira a los ojos. Dobla las rodillas y se sienta en el suelo, en el barro, como hacen los niños. Se sienta junto a mí. Conmigo.

Grace levanta la cabeza y mira al cielo.

El cielo hoy tiene tonalidades de color naranja. Como la fruta diría mamá.

"Christian, tú eres un chico dulce y bueno. Te mereces a alguien que te quiera y que cuide de ti. Sé que todavía aún no has tenido a nadie que te quiera."

"Quiero abrazarte, y leerte cuentos y enseñarte cosas." – me dice

"Puedo ser tu madre. Puedo serlo, si tú me dejas" – Me dice en un tono pausado pero firme y mientras me habla no deja de mirarme a los ojos.

"Sé que entiendes lo que digo, y sé que sabes cómo hablar, Christian" – Todo el mundo piensa que soy estúpido. Todos menos Grace. Grace no.

Quiero hablarle sobre el Hombre Malo y sobre mami. Quiero hablarle sobre los palos de luz, de Jack y de observar a los chicos con las chicas. Quiero hablarle de Jack rompiendo su foto. Quiero hablarle de Car y de cómo Jack también me pegaba.

El origen de GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora