Mitos y leyendas del antiguo egipto

La venganza de Horus

Horus creció con el paso de los siglos y a menudo era visitado por su padre, el cual le enseñaba todo lo necesario para poder enfrentarse a Set algún día.

Un día Osiris le preguntó que cual de todas las acciones le parecía más bella y él le contestó que vengar a su padre y a su madre, los cuales habían sido indignamente tratados.

Posteriormente le preguntó por cuál creía que era el animal más útil para la batalla y Horus respondió que el caballo. Osiris confuso por esta respuesta puesto que no había escogido al león le preguntó, intrigado, el por qué de esto Horus le dijo: "El león puede ser muy útil en capacidades defensivas, pero el caballo tiene una gran capacidad ofensiva y sirve para perseguir a tu enemigo". Tras esta respuesta Osiris concluyó que estaba preparado para enfrentar a Set. Horus formó un gran ejército al cual se unieron las fuerzas de la reina Aso.

Horus fue a ver a Ra porque podía ver el futuro en los ojos de la gente. Cuando Ra estaba concentrado en Horus y Horus en Ra, Set, bajo la forma de un jabalí se infiltró y le escupió una bocanada de fuego en los ojos de Horus. Uno de sus ojos resultó gravemente dañado, por lo que fue a pedir consejo al dios Tot quien se lo remplazó por el Uyat para que pudiera volver a estar en perfectas condiciones, este ojo además poseía cualidades mágicas.

Finalmente las fuerzas de Set y Horus se chocaron, es esta ocasión Set había adoptado la forma de un gran hipopótamo rojo (el color del caos). Horus se transformó en un gran hombre de 4 metros de altura equipado con un arpón. En un momento de la intensa batalla Set abrió sus mandíbulas para devorar a Horus. En ese momento Horus aprovechó para disparar su arpón. El certero disparó fue a su cabeza, atravesando su cerebro y matándolo y sumergiendo en el Nilo. Su ejército le ovacionó y tras la batalla obtuvo el título de "Horus, el vengador".

Cabe recalcar sobre esta leyenda que un dios no puede morir, solo irían a un plano inferior de la Duat a recuperarse y solo sería cuestión de tiempo que se volvieran a alzar.