Capítulo 1: Secretos al aire.

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Abrí los ojos y gruñí sin ganas de querer levantarme realmente: ¿cómo arreglaría esto?

Sólo hubiera deseado que Devon no hubiera abierto la boca. Qué no dijera "te quiero". Aún sentía el estómago revuelto al recordar esas palabras ser pronunciadas por él con tanta delicadeza, casi como si hubiera guardado el tesoro más hermoso para alguien especial...

¡Y así fue! ¿Cómo puedo estar tan ciega? ¡Qué tonta soy!

Cuando reaccioné él ya se había ido y mi respuesta quedó atascada en mi boca, jamás salió pero eso solo lo complica más. Él sólo se fue y me dejó ahí a la mitad de la pista con los brazos a mis costados totalmente inmóvil. Y a pesar de que estuve buscándolo como loca toda la noche no encontré ni siquiera rastros de su presencia; nadie lo había visto.

Recorrí de arriba a abajo y de un lado a otro los condenados tres pisos de la casa repletos de gente por si fuera poco con tacones de 12 centímetros pero jamás apareció.

Estaba tan concentrada en mis recuerdos que ni siquiera supe el momento en que me bañe ni el momento en que termine.

Use lo primero que tome de mi maleta deportiva aún con la cabeza dándome vueltas. Era imposible que él ahora me quisiera como algo más que su amiga cuando hace años me hizo daño diciendo que era como una hermana pequeña a la que sentía la necesidad de cuidar. Dev dejó muy claro que estaba interesado en otras mujeres; desde Ginny Higgins de la secundaria, Kira Teastle del club de ajedrez, Hannah Jackson mesera del restaurante de comida italiana, Delia Wester que era mi vecina antes de que se fuera a Australia, Romina Smith que...

¡Él no tenía problema con las chicas! Con solo una sonrisa y una mirada coqueta había conseguido que la mitad del instituto estuviera detrás de él rogando por atención... ¡Y la mitad eran mujeres! Y uno que otro hombre que compartía gustos con nosotras.

Dev había dejado muy en claro que era todo lo contrario a lo que quería y a los 13 años eso destroza tu autoestima.

Lo odiaba por no poder odiarlo y aprender a vivir con su rechazo por miedo a perderlo. Aguante cuando hablaba de sus conquistas, le ayude en lo que pude para que ganara el corazón de más mujeres y siempre estaba para él cuando se jactaba de que nadie se podía resistir a sus encantos.

Pero con el paso del tiempo me di cuenta de lo tonta y patética que era haciéndome ilusiones de que algún día tendría que hacerme caso. Ese verano me fui al campo con mis abuelos maternos y no tuve contacto con nadie de la cuidad, ni siquiera con mis padres o mis otros amigos. Así fue como logre superarlo.

El trabajo en el campo hizo que mi desarrollo retardado llegara de forma notoria casi imposible. Reforcé mi confianza cuando los chicos del pueblo cercano comenzaron a interesarse en la nueva yo.

Cuando no me dio tiempo de inscribirme otra vez en la escuela, perdí mi lugar y tuve que quedarme en el pueblo en la escuela local. No fue tan malo; hice amigos, tuve mi primer novio, Sean. Aunque seguía extrañando a mi mejor amigo. Todos los días hablábamos por teléfono ya que cuando le mande una carta diciéndole que no regresaría al curso escolar casi me cuelga.

Al regresar, todo había cambiado. Él ahora tenía 15 años y había perdido la cara de niño por completo, todas estaban fascinadas con su forma de ser. Incluso llegaron a odiarme un poco puesto que, como era de esperarse él también me había extrañado y durante los siguientes dos meses no se separó de mí por nada en absoluto, convenció a su madre de que hablara con la directora para cambiarlo de salón, iba a mi casa todas las tardes y los fines de semana nos escapábamos a cualquier lugar que quisiera.

Cómo Enamorar A Una Mujer En 108 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora