Capítulo 2: Apuestas Esperanzadoras.

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Escogí mal mis palabras.

Al día siguiente desperté más cansada de lo que debería, supongo que la tarde de chicas con Sarah extenuó mi cuerpo pero no mi cabeza.

Aún dormida seguía pensando en Devon, lo necesitaba. Siempre estábamos juntos, nunca nos separábamos. Éramos uña y mugre.

Él debía de estar muy avergonzado porque nunca dejó que una tontería se interpusiera entre nosotros. Cuando tuvo su primera muestra de hombría salió corriendo camino a su papá dejándome sola con su hermana Thania; la cual me explicó que reacciones podía causar en los hombres. Pero días después él mismo me explicó cuál era "El Problema".

Comencé mi día llendo a la cocina y poniendo la cafetera. Saque la caja de pan y la deje en la encimera.

Corrí al baño, puse música y entre a la ducha. Deje de preocuparme por todo lo demás, cante y baile en el espacio relativamente reducido.

Salí y tome el conjunto que había escogido ayer con mi pelirroja. Quite el exceso de agua de mi cabello y después use la secadora. Quedó entre ondulado y lacio, de alguna manera.

Estaba en piloto automático, Dev siempre me despertaba con una llamada o tocaba a mi puerta para hacer el desayuno. Sería la primera vez en años que nuestra rutina se rompería, era como tradición para empezar nuestro día.

¿Cómo alguien puede ser una parte tan importante de ti y dejarte así?

Comprendo que necesita espacio y precisamente por eso no he intentado llamarle al celular.

Como por arte de magia el timbre del teléfono sonó. Claro, aún entorpecida tropecé en mi intento de brincar el sofá y caí con algunos cojines que amortiguaron el golpe. Tome el teléfono aún agitada por el susto y la adrenalina y conteste.

- ¡Dev!

La línea quedo en silencio y yo me desinfle lentamente con una fisura en mi pecho.

- Estás despierta. - su voz rebotó en las paredes de mi subconsciente. ¿Cómo me siento? ¿Feliz? ¿Aliviada? ¿Con ganas de estamparme contra la pared porque dice cosas un tanto obvias? ¿Dejó pasar todo? ¿Por qué existe el rechazo?

- Me desperté hace una hora más o menos.

- Bien, solo llamaba para asegurarme de que no te pegaras a la cama, pequeña paleta de nieve

Alto ahí, ¿cómo me dijo? ¿Paleta? ¿De nieve? Eso no es un apodo. No uno aceptable.

- ¡Dev...!

Un pitido. Dos pitidos. Tres pitidos. Cuatro. Cinco. Seis... ¡Hijo de su...! Me colgó el infeliz, ¿cómo se atreve a ilusionarme y después colgarme?

Me enfurruñe y perdí el apetito. Tome mi donut, mi café y mi bolsa.

Arranque las llaves que estaban colgadas y en el proceso tire mi teléfono.

- Me lleva la... - comencé a maldecir y balbucear entre dientes mientras salía de mi casa y cerraba.

- Las llaves del coche. - gruñí en contestación a la voz que me recordó que hoy mi cabeza la tenía un orgulloso. Volví a entrar tome las llaves del coche y salí.

- Collie... - me quede estática y refunfuñe por mi estupidez. Me giré a encararlo ahora olvidando mi repentina sorpresa o el dolor que causó la desaparición de mi mejor amigo.

- Púdrete, harías bien.

- Collie...

- Mi nombre no es Collie.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2016 ⏰

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Cómo Enamorar A Una Mujer En 108 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora