Él no estaba ahí porque estaba perdido en algunas canciones, melodías perdidas en el sonido; en un recuerdo que es sólo un invento y en una antítesis dual.
Estaba en el título de aquella frangible canción, al igual que cada una de las decisiones tomadas alrededor de eso. Pero sobre todo estaba en el silencio, ese que hablaba demasiado, que no se callaba, que no se iba, que no me dejaba, que grita en sueños, ríe en pesadillas y crece en la ausencia.
Y esa es su realidad ahora, supongo, un engaño.
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Tempestad
Short Storyalgo de esto y algo de aquello puede que ya hayas pensado lo que está escrito aquí, y si no espero que lo hagas