Los ojos de Jean me miraban con intensidad. Podía perderme dentro de ellos e indagar sobre su persona sin que este sospechara nada. Siempre era lo mismo cada vez que me buscaba para hablar de Mikasa; me preguntaba sobre lo que había hecho durante el día y si había dicho algo sobre él, sobre las cosas que le gustaban, que hacía en las tardes, si practicaba algún deporte, su comida favorita, su dulce favorito, o ese tipo de cosas. Al principio me había emocionado bastante la idea de que Jean me hubiera citado para platicar un poco. No podía creer lo que me estaba pasando y pensé que tal vez podría tener una oportunidad con él; tal vez si era lo suficientemente bueno, Jean se fijaría en alguien como yo. Pero la triste realidad era que Jean estaba tan enamorado de Mikasa como yo lo estaba de él. Aun así, pensé que poder estar un poco junto a él, aunque solo habláramos de Mikasa, me era suficiente. Lamentablemente, llegó un punto en el que no podía soportarlo más. Podía ver en sus ojos el amor que emanaba de ellos y me lastimaba. Podía ver que no importaba cuanto tiempo había estado con él, para Jean yo solamente era el chico que lo ayudaba a conquistar al amor de su vida. Lo peor de todo era que siempre le daba consejos, opiniones acerca de lo que era mejor hacer cuando estuviera cerca de Mikasa; y lo hacía porque, al ver su sonrisa llena de ilusión o esa mirada de triunfo que lo asaltaba cada vez que lograba platicar con ella, hacía que mi corazón se acelerara y una calidez inundara mi cuerpo. Estaba consciente de que solamente me estaba lastimando a mí mismo, y que debería de detener todo eso, decirle a Jean que lo mejor era ya no seguir viéndonos y que ya no lo ayudaría más con Mikasa. Pero solo al imaginar su expresión de tristeza, mi impulso se detenía y esa sonrisa forzada llena de dolor volvía a aparecer por mi rostro. Obviamente Eren había notado algo raro en mi actitud y me había estado presionando para que le dijera lo que estaba ocurriendo. No pude evitarlo y le dije toda la verdad. Estaba tan lleno de tanta frustración que un llanto horrible me asaltó al decírselo. Le dije entre llantos que ya no podía con lo que estaba pasando pero que no podía detenerlo. También mis pensamientos más obscuros salieron a la luz, pensamientos que no quería que nadie supiera, ni yo mismo. Pensamientos como ¿por qué Jean no se podía fijar en mí?, ¿qué era lo genial que veía en Mikasa y que yo no tuviera?, ¿era por qué Mikasa era una chica?,¿por qué yo era un chico?, si era eso, sería una chica para él, si era porque Mikasa era fuerte y hábil, haría todo lo posible por ser fuerte y hábil también, si era porque Mikasa era una persona amable y hermosa, trataría de ser una persona amable y hermosa también. Pero yo no era Mikasa, yo no era una chica. Yo no tenía todo lo que Mikasa tenía. ¿Cómo alguien se fijaría en mí teniendo a Mikasa a un lado? Y algo que no podía negar, era que Mikasa era una gran persona y era mi mejor amiga y que si Jean se tuviera que quedar con alguien, Mikasa era la mejor opción. En ese momento, Eren no supo que hacer y trató de consolarme. Me dijo que Jean era un idiota por no fijarse en alguien tan maravilloso como yo y yo le dije que el idiota era yo por haberme fijado en él, cuando siempre había sabido que él jamás tendría ojos para mí.
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Invisible.
Fanfiction"No importa que tanto haga o cuanto lo intente. Simplemente siempre seré invisible para él." ONE-SHOT