[Woogyu] Dependencia (Completa)

Capítulo 3. Consecuencias de reconciliarse

POV. SUNGGYU

¿Cómo nos habíamos reconciliado?

Realmente no podría decirlo, pero según DongWoo, todo había salido tal y como lo había planeado.

¿Podía llamarse plan a rezar para que ganásemos un premio y, producto de la euforia, nos hablásemos el uno al otro unos segundos?

Igual que había estado al lado de WooHyun cuando ocurrió, podría haberlo estado cualquier otro de los integrantes del grupo.

Así que vamos a decir que fue simplemente suerte.

Me sentía extrañamente contento y nervioso por esa noche, aún cuando estábamos en el programa de radio, no podía dejar de sonreír, para luego sonrojarme como una adolescente en pleno amorío pensando en lo que no debería.

¿Por qué estaba nervioso? No sería la primera vez, claramente, tampoco la última... entonces... ¿a qué se debía el desenfrenado latido de mi corazón cuando por fin terminó el programa y nos encaminamos de nuevo al apartamento?

Tal vez, porque hacía ya un tiempo que nada de aquello ocurría, pero aún así me sentía demasiado nervioso, casi más que la primera vez.

¿Era extraño? Seguramente.

Nada más llegar frente al edificio, mi corazón pareció detenerse unos segundos, el mundo dejar de girar, mi respiración morir de la impresión.

Por primera vez, subí primero, sin esperar a los demás, encerrándome en el baño del apartamento nada más entrar.

No era capaz de tranquilizarme.

Había una pequeña posibilidad de que todo fuesen imaginaciones mías, después de todo, no estábamos solos esa noche.

Intenté normalizar mi respiración, aprovechando para quitar el maquillaje de mi rostro con agua y jabón, relajándome, aplicando algunas cremas en mi piel, hasta que creí haberme tranquilizado.

Me miré unos segundos al espejo antes de salir, mis mejillas sonrojándose, para cerrar la puerta a mi espalda.

Iba a dirigirme hacia mi habitación, cuando unos brazos me rodearon por detrás, la imagen del pasillo cambiando rápidamente por la de una pequeña habitación iluminada.

Me estremecí cuando noté su aliento en mi cuello, luego sus labios presionando de forma muy suave la zona.

- Hyung, creí haberte dicho que esta noche dormías aquí – murmuró esa voz que tan bien conocía, aún a mi espalda.

Asentí, nervioso de nuevo, mis intentos de relajación tirados a la basura, cuando su mano se paseó por mi torso, aún por encima de la ropa.

- Iba a por el pijama – comenté, intentando que mi voz no se cortase.

Él me giró, quedando mi cuerpo entre la puerta y el suyo, demasiado cerca para mí, porque no estábamos solos, y de repente, había pensado que no era tan buena idea hacer nada con los niños en casa.

Cerré los ojos cuando acarició mi mejilla con el dorso de la mano, deteniéndose en la comisura de mis labios, para rozarlos con un dedo de forma lenta.

- No duermes con pijama – se rió, haciéndome abrir los ojos, para apartarlos rápidamente de los suyos.

Sentía que yo era el menor en ese tipo de asuntos, siempre haciéndome pasar vergüenza por mis reacciones a todo lo que hacía o decía.

Suspiré un poco cuando sus labios se juntaron con los míos sin prisa, sin moverse durante unos segundos, comenzando luego un suave movimiento sobre ellos, rozándolos para luego presionarse un poco, volviendo a solo rozarlos milisegundos más tarde, tentándome.