Capitulo 4

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Clary POV:

Abrí los ojos lentamente sin saber muy bien donde estaba. Todo me daba vueltas, había recibido un golpe en la cabeza, por el cual, me desmayé. Intenté moverme pero algo me lo impedía, miré hacia abajo, y pude ver la larga cadena que unía mi pie con la pata de la cama en la que estaba recostada. Era un habitación amplia, decorada con muebles negros y blancos ;al final de una de las paredes, se apreciaba puerta que daba a un cuarto de baño. El estilo de la sala era claramente masculino, pero, ¿donde estoy? Traté de liberar mi pie mas era inutil porque no llevaba mi estela, ni armas, ni nada.... Como he podido ser tan tonta!!!! Recuerdo que estaba con Jace en la puerta del instituto... ¿Y Jace? Al incorporarme de la cama me fijé que no llevaba puesto mi traje de combate, sino un camisón negro. ¿Cuando me había cambiado? Y lo que es peor,  ¿quien? Antes de que pudiera levantarme del todo, la puerta se abrió de par en par. Una figura esbelta entró en la sala. Mi hermano, el auténtico, Sebastian. Tenía una sonrisa resuelta y su cabello rubio le caía desorbitado por la frente, parece mentira que seamos hermanos.

- Donde estoy?- Hizo como si no me oyese y se acercó peligrosamente a mi- ¿Donde está Jace?

- Eso no debería importarte ahora mismo, tienes otras cosas más relevantes de las que preocuparte que de la seguridad del niño ángel. - Le miré espantada

- Que ha pasado?

- No lo recuerdas.... Una lástima porque seguro que no me crees si te digo que fue Jace quien te atacó 

-¡¡¡¡¡Eso es imposible!!! Él me quiere,  jamás me haría daño

- si que lo hizo hermanita, bajo mis ordenes claro- No lo entiendo, ¿bajo sus ordenes? Me coge de la cara con ambas manos, quedando a escasos centímetros de su rostro

- Qué quieres de mi? - Me tiembla la voz al hablar.... Piensa Clary, seguro que hay una forma de escapar

- Por qué iba yo a querer algo de ti?

- Buen intento, pero no puedes engañarme, si no quisieras nada de mi no estaría  viva.- Hizo una mueca divertida

- Cierto, se me olvidaba que me conoces muy bien. Somos iguales Clarisas,  que no se te olvide.- Acerco sus labios a mi oreja,  podía notar su aliento en mi cuello- Eres mía,  siempre has sido mía, y harás todo lo que yo te diga

Asqueada por su contacto cogí la lámpara que había de la mesita de noche y se la estampé en la cabeza. Él soltó un grito y se echó hacia atrás, más enseguida se me subió encima y me cogió las muñecas sobre mi cabeza. Me resistía todo lo que podía,  pero Sebastián es más fuerte y más pesado que yo. Con la mano que no me sujetaba las muñecas, me propinó un manotazo en la cara, por un momento vi las estrellas.

- Tu... vas a hacer lo que yo te diga... porque si no...

- ¡¡¡¡¡Si no qué ¡!!!!! Ya me has encerrado, qué  más podrías hacerme

- Por ejemplo, impedir que tu amado Jace, junto con una horda de demonios destruya el instituto- palidece al instante

- ¿Qué le has hecho a Jace? 

- No te preocupes- notaba la guasa y lo que disfrutaba al verme sufrir- Simplemente le recordé  que él también me pertenece.... Gracias a un poco de sangre de demonio- En ese momento recordé el dardo que se le había clavado a Jace en el cuello.... No. No puede ser

- No lo hagas por favor- las lágrimas corrían por mis mejillas

- Entonces dime hermanita,¿ harás todo lo que yo quiera y lucharás conmigo?- asentí. Pero me agarró por la barbilla, clavando me sus uñas- Dilo en alto

- Si

- Si qué? 

- Si, hermano.

- Buena chica-  antes de que me diese tiempo a reaccionar, me besó apasionadamente. Lo empujaba con todas mis fuerzas, suplicando internamente que parase. Inesperadamente, selevantó, me besó la frente y se fue.

En ese momento ya no sentía nada, solo quería cerrar los ojos y dejar que todo pasara. Momentos de antes, Jonathan salía de la habitación con una sonora carcajada. No lo aguanté más, grité con todas mis fuerzas, con la esperanza de salir de esta pesadilla.

Una nueva ClaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora