Es lunes, siete de la mañana, mi madre entra a mi habitación a levantarme, hay clases.
Lo primero que hago es dar un beso a mis padres y desayunar, lo de siempre, me visto, me lavo la cara y los dientes y me cuelgo la mochila.
Llego a las ocho y diez a donde mis amigas y subimos juntas a clase.
Soy la más jóven del grupo, catorce años, el resto quince, dieciséis y diecisiete.
A primera hora Física, pero el profe no viene. Nos dejan andar con el móvil, yo me pongo los cascos y entro a Youtube.
Por fin la hora del recreo. Voy con mis amigas a nuestro sitio favorito. Me bajo Biología para hacer un esquema, pero, como siempre, no abro ni el libro. Al rato bajan los de bachiller, incluido mi primo, el cual me pide que hable con él.
-Necesito que me hagas un favor, - no entiendo nada, pero le digo que por él lo que sea - tengo que hacer un trabajo sobre un familiar, y me gustaría hacer sobre ti.
-¿Y que tengo que hacer yo? - le pregunté curiosa - Me gustaría saberlo antes de aceptar nada.
-Sólo tienes que responder a varias preguntas que los de mi clase te harán - me respondió al instante, como con una sonrisita malvada - tienes que subir conmigo a clase para que te den el justificante.
-¿Justificante? ¿De qué?
-Tienes que faltar una clase para venir conmigo.
-Vale, vamos.Subimos escaleras arriba. Era el tercer piso, así que acabé un poco cansada.
Llegamos a su clase y su profesora me dio un papel en el que explicaba lo que tenía que hacer.
Llegué tarde a clase, pero el profesor no llegó aún. Me tocaba tecnología, una de mis asignaturas favoritas.
Llegó la hora de subir con mi primo, y tuve que volver al tercer piso.
Al rato de empezar con las preguntas, escuché algo que me dejó atónita:
-¿Tienes novio? - escuché al fondo de la clase.
Miré hacia allí y vi a un chico rubio de ojos azules, no muy alto y la mar de atractivo. Tenía pintas de rechulón, pero eso me daba un poco igual.
