6-.Tal vez hay que dudar

25 7 0
                                    

Poco a poco voy recuperando la conciencia y a la vez dándome cuenta que vuelvo a estar acostada en la misma cama de antes pero existe una gran diferencia y es por eso que abro mis ojos automáticamente.

Trato de mover mis brazos y piernas pero ni siquiera lo logro ya que no hallaron una mejor forma de mantenerme quieta que atándome a la cama por lo que solo puedo levantar un poco la cabeza y eso me tiene bastante incomoda.

Suspiro profundamente y comienzo a escanear la pequeña habitación tanto como lo permite mi actual situación, luego de unos segundos se perfectamente que no hay nadie cerca así que dejo caer mi cabeza.

-.¡¡¡¡Ya entendí!!!-. Grito lo más fuerte que puedo -. ¡¡Si quieren hablar conmigo es mejor que lo hagan ahora antes de que me arrepienta!!!-. Vuelvo a gritar porque quiero que termine este día lo más pronto posible ya que me cansa toda esta persecución.

-.Breeze aunque no quieras tendrás que escuchar igual así que compórtate-. Dice mi madre entrando en la habitación con una cara bien fea aunque sé muy bien que es la que tiene pegada casi todo el día y esa es la de enojada.

-.todos saben que la palabra ¨compórtate¨ no está en mi vocabulario y además ¿Quién dice que no me puedo quitar estas malditas cuerdas?-. Digo un poco divertida de esta situación ya que siempre logro escapar pero creo que este momento arruino mi buena racha.

-.Yo lo digo-.dijo Silar más conocido como el chico más odiado de toda mi vida y con ganas de matarlo en estos momentos.

Ni siquiera le dirijo una palabra y mucho menos una mirada por qué no lo merece ni aunque haga todo lo que yo quiera aunque no estoy segura que eso pueda ocurrir en esta vida.

Me concentro y primero invoco al fuego pero en vez de ayudarme lo único que logra es que la cuerda se apriete un poco más pero con eso no me quede satisfecha y ¿Quién podría?, así que luego de invocar al agua, tierra y como ultimo recurso al aire, lo único que obtengo es que las cuerdas atadas a mis manos y piernas se entierre en mi como si fuera una segunda piel, así que me rindo pero aun así sintiendo el dolor cada vez más profundo.

-.Hablando del diablo ¿Qué hiciste?-. le pregunto directamente a Silar pero debo reconocer que estoy un poco intrigada.

-.¿Por qué das por hecho de que he sido yo?-. Dice Silar incrédulo

-.Silar para tu información no nací ayer y se muy bien que eres un hechicero-. Digo tratando de no exaltarme más de lo necesario ya que la cuerda me está matando del dolor y todo es por mi culpa.

Silar no me responde si no que me mira estupefacto y con una sonrisa creciente en su rostro pero lo malo que no es el único si no que mi madre y Rail también me miran impactados y lo más estresante de todo es que no entiendo nada.

Pasan los minutos y ellos siguen con la cara pegada así que comienzo a contar los pequeños hoyos del techo que da la casualidad de que yo fui la causante de cada uno de ellos.

En total son 13 de los cuales uno es el doble más grande que los demás y ese fue el más divertido porque fue la primera vez que visite a Rail y según él me tenía que poner a prueba para saber que yo podía ser de confianza así que me encerró en los túneles con dos de sus matones pero al final acabamos recorriendo la casa destruyendo casi todo y al final Rail termino enojado pero de alguna forma satisfecho conmigo.

Después de recordar comienzo a buscar cualquier cosa que me distraiga de mirarle las caras a quienes están al frente mío pero me resulta bastante difícil ya que las habitaciones son pequeñas y no hay mucho a donde mirar.

-.¿Puede alguien abrir la boca con la cual nacieron y darle algún uso útil en este instante?-. Pregunto impaciente

-.Dijiste mi nombre-.dice Silar saliendo de su trance.

HellbraveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora