One Shots de Youtubers HOT

"Game Over" Elrubius

Estaba en el nuevo departamento de Rubius, el me había invitado a jugar unas partidas de algunos juegos, luego de comer nachos y pizzas nos pusimos un reto, el primero que perdiese en agario tendría un castigo.
Yo elegí porque el se vistiese de mujer, en cambio el... Me pidió un beso.

—Pero soy malísima ¡No es justo! —Dije cuando yo había perdido—.

—Ven y dame el premio guapa —Sonrió—.

Me acerque a sus labios y en cuestión de segundos mi corazón latía a mas no poder.
Comenzó a besarme de una forma tan sensual, sus manos iban bajando por mi espalda hasta llegar a mi cintura, ahí se detuvo y comenzó a dibujar círculos con la yema de sus dedos. Nos estábamos calentando, y lo hacíamos demasiado bien.

Nuestra bocas iban a la par mientras que nuestras lenguas luchaban por ser la ganadora, demonios, se sentía jodidamente bien.
Tomo mi camiseta y enseguida me la retiró, rápidamente imitó eso con el pantalón dejándome tan solo en ropa interior.

—Mi turno —Dije con la voz entrecortada, ya que la excitación era mucha y nuestros cuerpos no la soportaban—.

Tome su camiseta de "Fuck Fame" y la retire rápidamente, su pantalón me costó más pero el enseguida me ayudo.
Sin darnos cuenta rápidamente los dos estábamos en ropa interior.

El me tomo de la cintura y me alzó, mis piernas rodearon su cintura mientras que nuestros labios no se separaban ni por un segundo.
Me llevo en dirección a su habitación, la mirada del poster de Miku en el salón ya me estaba incomodando.

Me lanzó sobre su cama y seguimos el juego de los besos, el bajo y siguió besando mi cuello, mientras que con su mano trataba sacar un condón del cajón.
Cuando logro sacarlo, se bajo su bóxer y pude ver su enorme miembro, no mentía cuando decía que tenia menudo rabo, joder.

Sentí una presión en mi cuello, me estaba haciendo un chupón. Por lo general no me gustaban, pero si me lo hacia él cualquier cosa estaba bien.

Bajo de a poco depositando pequeños besos hasta llegar a mis bragas, rápidamente las retiró, mientras que yo me sonrojé.

Sin pensarlo, metió su cabeza y comenzó a dar lengüetazos a mi clítoris, yo solo gemía sin más no poder, hasta que me acabe en su boca.

—¡Dios! —Grite cuando llegue al orgasmo—.

Pero el sin dudas no había llegado, así que rápidamente se introdujo dentro de mi.
Mis caderas comenzaron a moverse lentamente, mientras que el aumentaba el ritmo de sus embestidas... El estaba sobre mi, así que fue más fácil.
Mientras me penetraba, nuestras lenguas seguían en guerra y yo sentía que iba a tocar el cielo.

—¡Julieta!

—¡Rubius!

Gritamos a la par, cuando ambos llegamos al orgasmo, sentía que mi cuerpo no podía más.

El se tiro al lado mío y me abrazo rápidamente.

—Recuérdame nunca dejarte ganar. —Dijo agitado—.

Yo solo reí, hasta quedarnos dormidos.