Capitulo 2: desconocidos en casa.

11.3K 861 22
                                    

  Al terminar de arreglar los arbustos, árboles y recoger las hojas del suelo el patio, se adentró a la casa sin antes de sacarse las bolsas que utilizaba en sus pies para no ensuciar sus zapatos de lodo y pasto cortado todo eso lo hacía para no ensuciar el limpio y reluciente piso que limpio momentos antes de arreglar el patio, camino por la cocina y miro la nevera la cual estaba con un candado asegurándolo al igual que el agua estaba cortada para que no bebiera nada de esta y el agua que regaba las plantas tenia demasiados químicos como si dijesen "bébela y terminaras muerto engendro", entro en su pequeña "habitación" bajo las escaleras y ahí se quedó hasta la hora de hacer la comida para los Dursley o alguna otra cosa que ellos necesitaran.

Un día se encontraba revisando el correo que había llegado a la casa como de costumbre viendo su nombre en una carta con un sello en cera al parecer bastante antiguo, entro a la casa y le entrego las castas respectivamente a su tía Petunia y al tío Vernon, logro hacer que pasara desapercibida entre sus mangas de ropa por una vez en su vida se alegró de que le quedaran grande.

- Uhmp unos cuantos años más y nos podremos deshacer del engendro ese pagarían una buena suma por él aunque dudo que lo hagan a su edad si uniese sido así nos habríamos desecho del mucho antes y no pasar las molestias que tenemos ahora–dijo como si el azabache no estuviese en la habitación. Miro al ojiverde el cual estaba demasiado sorprendido y en un estado de shock- ya lárgate de aquí eres una plaga en la cocina y en toda la casa, con tan solo ver tu rostro se me quita el apetito que tengo mocoso.. Petunia sácalo de aquí y enciérralo bajo llave–prácticamente le grito a su esposa la cual obedeció rápidamente, la cual tan solo lo tomo del brazo y lo arrastro hasta la alacena mientras le miraba furiosa y le encerró hay para luego irse a comer con los demás entre risas olvidando al menor.

El ojiverde se quedó sentado a la orilla de la pequeña cama que tenía metida en ese frio lugar, mientras que de sus ojos corrían lágrimas de tristeza que se deslizaban por sus mejillas aun no entendía el comportamiento de sus tíos hacia su persona. Se retiraría las gafas para dejarlas bajo la almohada y se recostaría en la cama para abrazarse así mismo quedando en forma fetal y llorando en silencio, no quería recibir alguna golpiza de su tío mientras era visto por Dudley con su típica risa burlona mientras veía como era agredido, cerró los ojos mientras las lágrimas seguían saliendo de sus ojos hasta quedarse dormido. Al llegar la hora de la cena sintió como golpeaban la puerta fuertemente para despertarle y comenzar a gritarle fuertemente detrás de esta.

_.Saldremos maldito no creo que lleguemos esta noche así que no hagas ningún ruido para que no molestes a los vecinos y que no llames la atención mocoso o si no... ya sabes las consecuencias maldito engendro–diría mientras le daba algunos golpes a la puerta asiendo que el menor se estremeciera de miedo.

Al cesar los golpes y los gritos detrás de la puerta solo escucho como esta era cerrada con candados y pestillos bloqueando así su única vía de escape hacia la libertad. Solo escucho el último golpe en la puerta para luego sentir como la puerta de entrada era cerrada con brusquedad dejando así la casa en un completo silencio el cual solo se escuchaban los sollozos de un pequeño en la alacena pidiendo ayuda en silencio de que lo sacaran de aquel oscuro lugar.

Alrededor de las 2 am se colocó sus gafas y miro un pequeño reloj que tenía colgado de la pared que había recogido con la cubierta rota y el vidrio trizado al ser lanzado por su primo Dudley, escucho unos sonidos proveniente de la entrada del pasillo de la entrada los cuales sonaban firmes, decisivos y algo elegantes?, al igual que se escuchaban pasos bajando de las escaleras que eran demasiados suaves y delicados como para que fueran de su tío Vernon o de Dudley y demasiados ligeros como para que fueran de su tía Petunia la cual caminaba rápido hasta para bajar las escaleras, eso le asusto habían entrado a robar a la casa de su tía y el seria el responsable de lo que robasen, solo se acurruco en un rincón cubriéndose con una frazada lleva de hoyos, era lo único que tenía para cubrirse las noches frías de invierno al igual que su ropa.

_. No hay nadie en la parte superior de la casa, lo más probable que se hayan ido del lugar o más bien salieron a un largo viaje–dijo una voz suave y masculina que provenía de las escaleras al bajarlas- aunque dejaron el suministro de energía prendido cortaron el agua y aseguraron la nevera con candados y cadenas y los más extraño son que las cosas de valor están sin cuidado alguno.

_. No... siento una presencia en la casa... un olor dulce y tierno... también sangre... pero no está fresca, más bien es antigua, seca..-murmuro uno de ellos mientras examinaba el lugar con la mirada, su voz era elegante y con un toque de burla.

_.Estas seguro de eso? – dijo el que anteriormente estaba en la escalera mientras se acomodaba su largo cabello, no había tenido tiempo de hacerlo al aterrizar en la casa, simplemente habían entrado y examinado el lugar en busca de vida.

_. Si... estoy muy seguro de ello -inhalo profundamente y soltó un leve gruñido ante el dulce olor- viene de por aquí... -dijo señalando la puerta de la alacena donde estaba encerrado el pequeño ojiverde- está llena de seguros esta puerta... -dijo mientras tomaba uno de los gruesos y pesados candados que aseguraban la pequeña puerta.

_. Pobre de la criatura que está encerrada aquí... -murmuro mientras se acercaba a la puerta posando su palma en ella, su instinto le decía que había algo poderoso dentro de ese lugar. Cerro los ojos unos momentos tratando de verificar si era cierto pero solo escucho un estruendo a su lado y vio que su acompañante el cual estaba sacando los candados de tirones fácilmente –impulsivo tenía que ser.. - pensó el azabache mientras negaba, siempre tratando de parecer rudos.

_. Bien solo uno más y listo... -después de sacar finalmente el último de los 5 candados respiro profundo inhalando aún más de aquel existo aroma a pesar de que ese olor dulce era embriagante tenía que permanecer sereno, al parecer la falta de sangre le estaba afectando un poco. Abrió la puerta y miro en el interior buscando con la mirada inspeccionando aquel reducido espacio, había una pequeña cama desecha unos cuantos juguetes rotos acomodados en una pequeña repisa a los cuales les faltaban unas piezas pero lo que más le llamaba la atención era aquella figura oculta en una manta roída temblorosa- aquí estas... -dijo suavemente tratando de no espantar aquella figura que quería descubrir mientras alzaba su mano con la intención de retirar aquella manta.

_. Detente.. –dijo el azabache mientras tomaba la mano del rubio y le miraba el cual solo mofo y se fue a apoyar en la pared elegantemente mientras se miraba las uñas- tranquilízate no te hare nada –trataba de usar su tranquila voz para calmar a la persona oculta- me sentare a tu lado de acuerdo? –la manta se movió negando lo cual hizo que el chico le mirara- tienes miedo? –volvió a preguntar con calma.

_. Por... por favor váyanse... -una suave voz como dulces campañitas se escuchó provenir de la manta algo que llamo mucho la atención de los presentes sobre todo al chico que estaba fuera de la alacena.

_. Vamos tranquilízate, bien? –la manta se movió pero esta vez afirmativamente- puedes quitarte la manta para poder verte?

El menor fue retirándose lentamente la manta dando a mostrar una tierna imagen de uno ojos grandes y verdes cristalizados en lágrimas y una larga y azabache cabellera con una piel nívea con un ligero color dorado en esta sus mejillas adornadas por un encantador color rosadito producido por el llanto. El chico quedo embobada con aquella tierna y dulce imagen de aquella angelical aparición. Acerco una mano lentamente al rostro de este ser el cual Harry solo cerro los ojos esperando algún golpe pero solo sintió una suave caricia que se paseaba por su mejilla secando las lágrimas que había dejado caer cuando estaban abriendo la puerta a la fuerza.

_. Eres... eres la cosa más hermosa que eh visto...-murmuro el chico mientras acomodaba un mechón negro detrás de la oreja del o la menor, con aquella apariencia cualquiera se confundiría eran tan tierna como solo un infante podía serlo.

_. Es... es malo mentir –murmuro mientras se apegaba más a la pared a su espalda no queriendo ensuciar la linda ropa del azabache al igual que sus lindas y elegantes manos, es como si tocase alguna cosa bonita de la tía petunia sin querer y lo bote ya que dice que está contaminado por haberlo tocado o simplemente lo echa a lavar repetidas veces si era algo de mucho valor y todo eso sumado con unos golpes en su cuerpo y sin comida por una semana, su mente inocente ya sabía que no debía tocar las cosas bonitas de la casa, y el chico era como un hada y estaba en la casa de su tía por eso no podía dejar que le tocara, aunque su vista fuese mala podía distinguir un poco las siluetas de las personas o el color de estas.





[[[{ holaa!! XD disfruten el capitulo y cualquier sugerencia la dicen XD en realidad tengo la misma historia en otra pagina pero con distintos personajes pero ojo, con harry como personaje principal XD eso]]]


Un nuevo comienzo, una nueva vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora