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A veces, hay que sacrificar la barba para salvar la cabeza.- Anónimo.




El silencio reinó en la habitación del bar.

¿Había escuchado mal?¿Acaso me estaba provocando? ¡JA! Iluso, pensé. No sabe lo que hace. Seguro piensa que soy una mimada que se sonroja cuando un chico así de atractivo le habla de esa manera. Bueno, no tan atractivo. Era pasable.

Si él quería jugar, no iba ser yo la que pierda. Eso era seguro. Era hora de sacar las garras escondidas y rasguñar un poco a quién las pide.

-¿Un beso?- fingí sorpresa y hasta solté una risita para que se comiera el anzuelo que estaba por venir- ¿Por qué no? Con tal de que nos des lo que queremos, no veo problema.

Ian sonrió hacia un lado como si la escena frente a sus ojos fuera de alguna manera divertida, y de repente, se fugó hasta la parte trasera del almacén del bar y sacó dos grandes botellas de lo que efectivamente queríamos: vodka. Las puso encima del recibidor sin ningún problema y avanzó decidido unos cuantos pasos hacia donde estaba yo.

Las chicas, a quiénes había olvidado por unos segundos, estaban tan sorprendidas como yo. Lynn estaba boquiabierta, literal. Ellas no pensaban que en verdad nos daría el trago, y yo mucho menos. Tenía que jugar las cartas con precisión si quería salir de ahí victoriosa.

-Bueno- Ian rompió el helado silencio mientras me miraba divertido- Un beso tuyo, y el respectivo dinero, ese es el trato.

¿Aparte quería dinero? Que se joda.

-No, el trato es... - interrumpí descarada mientras lentamente me acercaba a él lo más atractiva posible, moviendo mis dedos como dos diminutas piernas sobre el recibidor de alguna manera sexy - ...un beso mío, y la mitad del precio.

Hablé seria, decidida y sin rodeos. Tenía que entender que la que mandaba aquí era yo. Una mezcla de autoridad y flirteo era la combinación perfecta en este tipo de ocasión.

-No lo creo- soltó agraciado.

-No es negociable, lo siento.

-¿Quién dice?

-Yo.

-¿Y tú eres?

-Una atracción letal, ¿no?- le seguí el juego sonriéndole.

Una amplia sonrisa ocupó casi todo su rostro. No había forma de que le diría mi nombre, no era estúpida. ¿Por qué habrá querido saberlo de todas maneras? No nos íbamos a volver a ver, así que era inútil y muy peligroso soltar cualquier clase de información. Aunque tratara de espantarme con su ruda actitud, no lograba nada. Solo perder el tiempo.

-Supongo que no me queda otra opción, ¿cierto?- murmuró para que escuchara solo yo. Sin darme cuenta, había avanzado hasta estar justo en frente de él. Me había dejado llevar por el azul de sus ojos. Nunca había visto esa clase de color antes. No era tan azul, sino como un celeste mar. Así de hermoso.

Definitivamente, esto no se encontraba en mi plan. No entendía por qué seguía sonriendo como si esta situación fuera graciosa en algún sentido. Tenía que concentrarme, ¡Scarlett! No pierdas la cabeza.

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2016 ⏰

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