✖GALAXIA✖
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Mariana. Un nombre algo largo para cualquiera, pero corto para todo lo que ella era. Una joven en sus 27 años de edad, y se la podría dar de menos. Ojos verdes mezclados con salpicaduras de marrón claro, azul, celeste, y un poco de verde amarillento, sus ojos eran todo un espectáculo, herencia de su madre. Unos rulos alborotados de color castaño oscuro, igual a su padre, sólo que ella lo llevaba hasta la espalda baja. Una sonrisa que casi siempre estaba en ese rostro ni muy redondo ni muy alargado. Una nariz pequeña respingada y unas orejas medianas. Su color de piel? Era blanca, pero por tanta aventura ya pintaba un poco mas canela claro. Era alta, y delgada, igual a su madre. Hija única de una familia que vivía en Buenos Aires, conformada por un profesor plástico y una profesora de ciencias en la universidad. Desde adolescente gustaba de hacer de todo, bailar, leer, tocar instrumentos, cantar, la botánica, pintar, en fin todo lo que podía. Y así se unió a diversos talleres de radio, coro, pintura, percusión africana, en fin, siempre moviéndose de aquí y allá. Decidió estudiar en la facultad, ciencias económicas, pero al recibirse eso solo duró un tiempo y se cansó. Descubrió que era una persona inconformista. De acá y allá, nunca manteniéndose en un solo lugar, siempre hacia delante. Se cansó de la vida de oficina, de su deparmento, se aburrió de la rutina que vivía, y peor aún creía que la rutina no le ofrecía nada a cambio, ni el dinero lo justificaba..."Y como no había nada para mi aquí... Me escapé al mundo." las primeras líneas de su blog. Un miércoles, envió su renuncia, ya había comprado lo que faltaba, una mochila, ropa comoda, zapatillas firmes, y una cámara.
Y con su mochila de 17 kilos tomó el bus que la alejó de buenos aires hacia Santiago del Estero. Sí, una homeless, una viajera, mochilera, una aventurera.✖PLANETA✖
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Gustavo. Simple así. Un nombre elegido por su madre. El era el y nadie más. Absordo en sus propios asuntos, de mirada fría, ojos grises, y pelo marrón oscuro. Tés blanca como la nieve, labios rojizos y abultadas cejas. Tenía 24 años y estudiaba licenciatura en química, de Salta capital. Una mente brillante, puras notas buenas, un joven becado. Un buen partido para cualquiera, era como una caja fuerte, de máxima seguridad. Sabes que guarda lo mas valioso, pero imposible de abrir. Aunque hay personas que no creen en lo imposible. Todo lo planeaba, no era solo el momento, era lo que pasa después de ese momento. Todo sumamente calculado, una vida perfecta, con un buen trabajo, una casa lujosa, y una familia normal. De cierta manera era como solo vivir para esperar la muerte. El sufrí de depresión, pero tenia un alma fuerte, no se dejaba caer. No es que lo emocionara formar parte de la sociedad pero tampoco quería ser la excepción. Gustaba de leer, y el deporte, mas allá de eso no había. Su familia estaba conformada por el y sus padres ambos abogados, personas amables pero estrictas. Al fin era él, como se lo ve. Frío pero adentro era un niño. Hasta que alguien te da vueltas la cabeza como inevitablemente les pasa a todos.
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Polos Opuestos Se Atraen
AdventureElla. No había mucho que decir, y no porque no sea interesante, porque las palabras sobraban, todo su cuerpo hablaba, y a veces faltaban. Quien sabe. Una joven aventurera, capaz a todo, sin miedo a nada, tan fugaz y tan repentina. Ella era la acepta...