Gangsta [BillDip]

Tres.

 Bill reía y movía sus dedos levemente al compás de la música, junto con sus compañeros de fiesta, sus amigos si es que se les podía catalogar verdaderamente en aquel rango.

No veía por ningún lado a Dipper y aquello lo inquietaba; se preguntaba constantemente cuando saldría el chico y si podría volver a hablar con el, quería volver a sentir como lo intimidaba y lo exquisitamente sumiso que era el chico frente a el, quería tenerlo lo mas pronto posible gimiendo bajo suyo suplicándole por mas con los ojos llenos de éxtasis y lujuria. Pero si no salía y no hablaba con el, aquello no seria pronto.

Sus amigos notaban que no estaba como de costumbre –Golpeando cuanto trasero se le cruzase y bebiendo como un idiota– y les extraño, pero ninguno se atrevió a preguntarle el motivo, podría alterarse y salir golpeando cosas y gente en el camino y no era la idea, la idea era despejarse y divertirse no terminar arrastrando al antes mencionado como era de costumbre cuando salían.

La inestable luz del único foco que adornaba al sitio se prendió apuntando a la tarima en donde se podía ver a múltiples bailarinas con insinuantes trajes tapar a otra con sus abanicos de plumas, todos de distintos colores. Nadie se movía hasta que la voz delicada junto con el piano se escucharon seguidos del aleteo de los abanicos que se apartaban dejando ver mas claramente a "Pino" o "Escorpión" (Para sus victimas) con su sombrero y un corsé con ligueras.

Negra, negra es la poción de amor

Bebemos, lo hacemos por su bien

Y en su nombre, brindemos por el amor verdadero

Por la caída de un sapo y un escorpión

¡Si! En su nombre, brindemos por el amor verdadero

El verdadero amor puede romper el hechizo.

Los aplausos casi no dejaron que Bill escuchara pero sonrió de todas formas al ver como Dipper cambiaba totalmente de personalidad al estar sobre el escenario; su desplante se veía seductor, sus pasos seguros y su mirada arrogante, totalmente diferente a el Dipper que el poco conocía.

Despierta de tu sueño soltero sapo

Ojos verdes, como el esmeralda mar

Déjame que te cuente

De un amor fracasado

Pinchazo, pinchazo, pinchazo

Ahí va el aguijón del escorpión.

El se sonrojo mientras caminaba por la orilla del lago

Habiéndolo conocido la noche anterior

Le gustaba la forma en que le hablaba

Pero consiente de su empuje

Pinchazo, pinchazo, pinchazo

Ahí va el aguijón del escorpión

El castaño lo miraba intensamente y no era el único que lo hacia, varios allí lo miraban, algunos con lastima otros tantos con burla, pero solo el pianista lo miraba con odio, nunca se fijaba mucho en los demás pero había algo que lo incomodaba, era como si todos en ese lugar supieran algo que el no y el era omnipresente y omnipotente, nada se podía escapar de el.

Oh el amor es una tontería y verde, amor

¿Qué tan rápido nos olvidamos de la picadura amor?

Una bella y peligrosa línea, amor

El amargo pero delicioso vino

Mi amor.