Todo sigue igual, nadie a tocado nada ni permitiría que lo hicieran, es todo lo que me queda.Hace cinco largas semanas que ya no está, la ropa sigue intacta, no me he atrevido a mover nada. Recuerdo cuando llegó, todo era tan normal.
- Hey, pequeña, ¿No has visto mi móvil? - Dijo asomando su cabeza por el marco de la puerta.
- Yo que sé Ashton, siempre es el puto móvil - Estaba realmente molesta, lleva tres días aquí y no puede dejar el móvil.
- No te molestes, sabés que son cosas de el trabajo - Supiro con pesar.
- Si tán sólo me prestaras atención un momento - De la nada sentí como el sofá se hundía de un lado.
- Aquí estoy, dime, ¿Qué sucede?- Noté en su mirada dolor. Soy un mierda de novia.
- Perdón Ash, sabés que me estréso al verte tan apresurado por la banda - El sonrió de lado, esa jodida sonrisa.
- Linda, no entiendes que tú no debes de preocuparte, son problemas sin sentido.- Dijo depositando un beso en mi nariz - ¿Quieres un poco de helado? - Asenti y él sonrió. Se puso de pie y abrió la nevera - Rayos, no hay, vamos a comprar - Tomó las llaves del Auto, se acercó a mi y tomó mi mano.
Salimos de casa y subimos al Auto, llegamos al supermercado. Pidió que lo esperará en el auto así que no baje.
Miré como la gente iba y venía con sus compras, tenía que comenzar a planear la fiesta de cumpleaños de Ashton ya que solo faltaban 4 días. Y él se iba en una semana. Entraron a la tienda dos hombres con capuchas, trate de mirar que hacían pero el reflejó del sol no ayudaba. Hasta que se escucharon disparos.
Cuatro disparos, los hombres salieron de la tienda corriendo y la sangre abandonó mi cuerpo. Ashton.Una noche más sin él a mi lado y aún no me hago a la idea de que ya jamás lo volveré a ver. Una noche más.