¿Quien es en realidad la víctima?

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Hacía ya un mes que me metieron en la cárcel, el tiempo pasa como si fueran siglos, eternos por así describirlo. Desde la graduación de mis 18 años, he estado yendo a juicios, ¿la razón? Haber asesinado a Samantha Werth, la rica del instituto, cosa que nunca recuerdo haberlo hecho. Aun sigo pensando que las pruebas según la policía eran falsas. Hasta su mismo padre podría haberla asesinado por lo insoportable que era. Yo no tenía pruebas suficientes para demostrar que era inocente, además sabían que me había metido varias veces con ella, pero aun así, nunca he tenido ningún tipo de violencia física, mas bien, psicológica después de todo.
Aun me quedan cinco años. Pensaba sin parar y esa frase no cesaba. No hablaba con nadie, ni ellas hablaban conmigo. Pensaba que en una cárcel llena de mujeres iba a ser diferente, pero no. Aquí o eres de su grupo o eres una simple cucaracha. Ah, y ten cuidado de meterte con algunas de sus compañeras, podrías entrar en coma, y mira que no hace ni 30 días que estoy aquí, y desde que los he contado, han ido 3 directas para operación. Aunque te dan libertad y una más o menos buena comida, necesito salir de aquí. Recuerdo a mi madre y a mi hermana pequeña, intentando contener las lágrimas en mi despedida, pero las últimas palabras que recuerdo de mi madre son "no eres mi hija, devuélvemela" mientras salía de la puerta con una mirada punzante sobre mí. Mi alma se rompió en pedazos, pero soy inocente.
Aun así, aunque no tenía a nadie conmigo, no me iba a quedar parada esperando a mi salida, ni callada. Empecé a caminar alrededor de la celda, pensando a quien podría haberla matado, por un lado estaba su padre, por otro sus tíos, pero lo que no cuadraba es por qué encontraron mis huellas en la escena del crimen. Sé que no podía ser la detective, ya que soy la acusada, pero no podría permitir pagar a un detective profesional para que llegará el padre de Samantha y lo echara a perder todo. Intenté recordar todo sobre esa noche, tanta gente había odiado esa chica, que la lista era interminable de posibles asesinos. Que te digan que murió por un estacazo en el corazón, y que las huellas del cuchillo eran mías, no es del todo agradable, pero en fin.
- ¿Podría ir a la enfermería? - le dije al policía que daba vueltas por las celdas, para "vigilar".
- ¿Qué es lo que te pasa? - me contestó con una voz grave.
- Me duele mucho la cabeza y tengo ganas de vomitar - Aparenté estarlo.
- Vale, pero será la última vez, señorita Leione - me contestó con una mirada que me petrificó por dentro.
Abrió la celda y me puso las esposas, por si acaso, claro. Me llevó hasta la enfermería. Me dejó en frente de la enfermería y se marchó. Toqué la puerta y la abrí. Solo podía observar una sala, con un escritorio, una silla, un armario lleno de medicinas, y con una tumbona pero sin nadie dentro. Me adentré en la sala, en el escritorio había un teléfono, se me ocurrió hacer una llamada, al padre de Samantha, ¿por qué? Curiosidad. Podría sonsacarle cosas, antes del juicio del mes que viene, por lo menos, está en mi derecho hacer preguntas donde no haya jueces.
Cogí el teléfono y marqué su número. No lo cogían. Intenté marcar de nuevo, pero lo mismo, solo se escuchaba un pitido molesto.
Entró la enfermera por la puerta, sin querer me pegué un susto acompañado de un leve gemido. La enfermera también se asustó.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó mirándome con pinta de tocar el botón rojo de al lado de su puerta.
- Me dolía mucho el estómago. - respondí atontada.
- Bien, lo de mi escritorio... - contestó, pero no estaba si era una pregunta o no, así que me eché a un lado con las esposas aun en mis manos. Se acercó.
- Bien, no falta nada, ¿estas ya bien? - me dijo de reojo.
- Sí, no pasa nada. - dije con cara de dolor.
- Pues ya puedes irte. - dijo con una sonrisa algo burlona.

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2016 ⏰

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