9

17 1 0
                                    

Había llegado al lugar en donde vemos quería venir.

Voltee a un costado y vi a mi padre hablando con una sombra. Llegue al mundo de los recuerdos.

Me quede observando todo y estaba totalmente paralizada.

《Mi padre había muerto》

Cuando la sombra se dio cuenta que estaba observandolos se quedo (creo) mirándome y fue cuando mi padre se volteo a verme.

-Hola...- Dije con lágrimas en los ojos.

El se quedo quieto, no tenía ni el más mínimo movimiento. Solo me dedico una débil sonrisa y unas lágrimas salían de sus ojos.
Corrí a sus brazos y el me abrazo tan fuerte. Extrañaba sus abrazos.

-Cómo llegaste aquí? - pregunto en mi oreja llorando y abrazandome más fuerte

Decidí no contestar y abrazarlo aún más fuerte como tenía ganas hace mucho tiempo. Total, cuando me fuera ya no tendría la esperanza de volver a verlo.

-No me digas que... - me miró a los ojos insinuando mi muerte y solo reí y negué - Entonces como?-

-Ves aquel corcel que esta allá?- señale al hermoso corcel blanco que estaba comiendo un poco de césped. El asintió y seguí- es el de un gran carrusel que antes me trajo aquí para ver a Doky. Doky me hablo de este lugar y se que tu ya no vas a volver a casa...-

El suspiro.

-Perdón hija...- se detuvo- lo que menos quería era dejarlas solas a ti y a tu madre, siempre le di el mayor apoyo económico e iba las veces que podían. Ustedes eran mi todo- empezó a llorar- el submarino en el que íbamos, fue saboteado por unos hombres que supongo que no nos querían y por eso se hundio-

-Pero es un submarino, no le iba a entrar agua. Como seria eso posible?-

-No quería decirte esto, pero... el submarino explotó y ahí se hundio...- me asombre por lo que dijo. Mi padre murió quemado- y cuando desperté estaba aquí, no sabía en donde estaba y estas personas que hablaron y me explicaron todo. No tenía como enviarles un mensaje o tampoco se si la guardia marina les aviso sobre lo sucedido-

-Pensábamos que tenias otra familia...- le dije sin importar como el se sentiría.

-Eso jamás...- sonrió y me abrazo.

El sonido del carrusel empezó a sonar y mire y estaba ya mi corcel esperándome

-Tengo que irme...- dije sin despedirme, esta situación me superaba. No sabia como procesar que mi padre había muerto.

-Nos vemos cuando sea la hora mi pequeña- me abrazo y beso mi cabeza. Lo abrace muy fuerte y no quería irme de allí.

-Te amo papá- solloce

-También te amo hija, cuida de tu madre y si alguna vez llega alguien que la pueda hacer feliz dale la oportunidad y aceptalo si?- asentí y me fui.

¿Esa era la última vez que vería a mi padre? ¿Ya no iba a poder jamás sentir su aroma ni sentir sus abrazos?

No lo creo. También llevaría a mi madre y estaríamos los 3 juntos. No habría porque volver aquí. Allá tendríamos todo.

Aparecí nuevamente al frente de mi casa.

Tendría que decirle a mi madre lo que yo ya sabia.

Entre y la vi que se estaba besando con un hombre que últimamente ya lo había visto antes aquí.

-Mamá...- mis ojos tiraron todas las lágrimas que ya habían tratado de retener por mucho tiempo.

-Samanta...- sus ojos me miramos asustados. Ella tenia una expresión asustada.

-CÓMO PUDISTE? NI SIQUIERA SABES SI PAPÁ ESTÁ MUERTO Y YA ESTAS CON OTRO!- grite y salí corriendo de mi casa.

Escuche como ella gritaba mi nombre, pero no voltee.
Corrí y corrí hasta llegar a casa de Gian

-Samanta que te paso?- dijo Gian asustado mientras me miraba y abrazaba.

-Mi madre esta con otro hombre- lloré como nunca y el me consolaba como podía.

Como era de noche me quede allí a dormir.

Me había despertado unas horas antes y ya no podía dormirme por todo lo que pasaba por mi cabeza.
Cuando de repente, una suave melodía entra por mis orejas...

Saque su brazo de encima de mi y empecé a caminar hacia la ventana.

Y si, ahí estaba.

El gran carrusel estaba como la primera vez que lo vi, espectacular.

Como si todas esas marcas por el tiempo que tenía se hubiera borrado con nuestro pequeño viaje o por arte de magia.

¿Cómo llegó ahí? No me lo se, tampoco quería imaginarlo. Pero si se que me llamaba...

Ese mundo me llamaba...

El Carrusel Magico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora