Un nudo en el estómago se le formó al instante en que se había despertado, la brutalidad con la que había sido golpeada era realmente sorprendente para cualquiera que fuera ajeno a la situación por la que la castaña pasaba. Quería llorar como nunca lo había hecho pero cada vez que dejaba que una sola lágrima se escapara su mente la recriminaba por la regla número uno, una regla a la que deseaba nunca haber accedido.
Recordaba la voz gruesa de su novio mientras le indicaba que hacer, ella solo era una adolescente que deseaba experimentar con sus deseos sexuales, pero nunca llegó a imaginarse lo que implicaría aceptar un trato de tal magnitud con el monstruo que tenía como amante.
- Primera regla; nunca llorar.- Sus manos fueron lentamente hacía sus mejillas mientras limpiaba el rastro de su propio sufrimiento.- Segunda regla; no hablar con nadie a menos que "daddy" lo apruebe.- Una inmensa frustración emanó su cuerpo, básicamente estaba secuestrada, estúpidas vacaciones, a este paso terminaría muerta al final del verano.- Y tercera y última regla; nunca desobedecer a "daddy"- Sus piernas volvieron a temblar con violencia, no podía definir sí ese efecto sucedía por temor o por la debilidad por la que pasaba, probablemente era ambas sin embargo le gustaba pensar en un mañana, en uno donde el abusador de su novio dejaría de maltratarla, después de todo no estaba mal seguir soñando cuando ella tenía suficiente amor para ambos.
Rodó los ojos ante su repetición diaria de las reglas, ¿Por qué ella misma se recordaba el trato violento con el que se le trataba?, a ella no le gustaba sentirse como un animal, ¿Por qué seguía insistiendo en algo que no hacía más que herirla?, hubiera podido hacer un recorrido mental sí tan solo la puerta no se hubiera abierto abruptamente.
- Eres una imbécil, ¿Cuántas veces te he dicho que no dejes la puerta sin seguro?- Cuando la voz gruesa penetró en sus oídos sabía lo que vendría así que solo se despojó de todas sus ropas mientras cerraba los ojos con fuerza.- Eso es lo único que te gusta, ¿No es así?- Un golpe, dos golpes, tres y cuatro, para lo que continuaría hubiera deseado que la dejara inconsciente, sin embargo ahí estaba, sintiendo como su cuerpo era usado, profanado, y abusado sexualmente.
Sí tan solo hubiera alcanzado su teléfono en ese instante, tal vez hubiera contado con la suerte de saber que su mejor amigo estaba buscándola, sin embargo el teléfono siguió vibrando y el único sonido que llenaba la habitación era el llanto de Charlotte y el sonido que emitía la mano caliente de su abusador contra su delicada y pálida piel.
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Baby Girl. [C.H]
FanfictionLa princesa de papá no siempre puede ver todo de rosa, simplemente a veces no puede hacerlo.