El raro chico de ojos rojos

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Tal vez sociabilizar no era lo suyo, pero eso no impidió que hiciera un gran amigo, que era como su hermano, Adam, un chico alegre y confiado, ambos se cuidan mutuamente y se ayudan en lo que puedan, tienen una de las mejores amistades. Ambos viven en el orfanato de la ciudad, cosa que nunca le impidió a Natalie ser una genio con mente prodigiosa y a Adam ser experto en música.

Ambos caminaban juntos para ir a su secundaria, hablaban de cosas de la vida, todo era tranquilo, como casi todos los días. Soplaba una suave brisa y el día era soleado, pero Adam notaba algo raro en Natalie, como si supiera que algo iba a pasar. El chico ignoró todo y siguió su camino junto con su amiga.

De pronto un chico apareció frente a ellos, era un chico alto, albino de ojos rojos, parecía moribundo y caminaba tambaleándose, parecía muy débil

-Ayuda -se escucho un susurro de su boca antes de que se desmayara. Ambos se acercaron lo más rápido que pudieron y lo levantaron, lo llevaron a su "guarida secreta", que estaba a un par de cuadras más.

Cuando llegaron lo pusieron sobre la única cama del lugar y lo dejaron dormir, sin antes dejar leche y galletas en la mesita del lado.

-Tenemos que dejarlo e ir a la escuela, a la vuelta lo atendemos -Dijo Natalie arropando al moribundo chico.

Adam solo asintió y camino junto con Natalie. Durante las clases los chicos no dejaban de pensar en su nueva preocupación, el raro chico de ojos rojos. Las clases siguieron su curso, Natalie era una genio, por tanto se podía tomar la libertad de no poner atención, en cambio Adam sufría por no poder prestar atención a la materia que entraría en el examen.

A la salida ambos chicos salieron, los dos estaban más callados de lo normal, al parecer tenían miedo y curiosidad sobre el chico, por tanto aceleraron el paso.

Al llegar se encontraron al chico sentado sobre la cama, tomando el último sorbo de leche.

-¿Estas mejor? -Preguntó Natalie ignorando todas las demás preguntas que tenia para el chico.

-Si, gracias Natalie -Respondió el chico sonriendo dulcemente.

Natalie y Adam se miraron asombrados y luego vieron al chico que se ponía de pie.

-Se que tienen muchas preguntas, pero, ahora no es el momento, Natalie y Adam, llevo años buscándolos. Es hora de que cumplan su destino y que la profecía se cumpla -Dijo el chico sacando tres frasquitos con un extraño color azul marino. - Beban, se que soy un extraño y que esto es muy raro, pero necesito que ayuden a mi pueblo.

Natalie estaba muy indecisa, ella tenia más que claro que ese chico no respondería ninguna de sus dudas, pero, se notaba que el chico decía la verdad, además, ¿Qué podía perder?.

-Soy solo una huérfana que vive solo por una persona ¿Qué es lo que puedo perder por beber un raro líquido de parte de un extraño chico de ojos rojos? -dijo para luego beber el interior del frasquito.

-Esto puede ser mi fin, pero por lo menos será al lado de mi mejor amiga, hermana y compañera de aventuras -Dijo Adam para luego imitar la acción de Natalie.

Ambos se desmayaron, luego el chico hizo un círculo en sus frentes y escribió algo en otro idioma. Acto seguido, los chicos desaparecieron sin dejar rastro.

-Cumplí mi misión, es hora de volver -El chico bebió, sin antes hacer el circulo con la rara inscripción en su frente.

Fuera de la realidad I [CANCELADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora