He leído varias veces que a los 15 o 16 años de edad, hay un 70% de probabilidades de haber encontrado a la persona con la que estarás el resto de tu vida. Yo siempre he sido una persona enamoradiza, vamos, me comienza a gustar una persona si me cuenta varias cosas de su agrado que coinciden con las mías.
Pero ella con sus preciosos ojos cafés de los cuales siempre se quejaba podía mantenerme ocupado toda una tarde explorando cada rincón de ellos.
Ella con sus dos diferentes sonrisas que conocí.
Ella con su cabello de tres colores diferentes totalmente naturales.
Ella con los labios más preciosos que haya visto en mi vida completa.
Ella con su nariz pequeña que tanto me gustaba.
Podría decir millones de cosas sobre ella, pero lo principal es que ella me podía hacer sonreír con tan solo verla.
Realmente sentía algo más que solo amor por ella. Amor se queda corto para los sentimientos encontrados dirigidos hacia su persona.
Sé que el amor es algo complicado de lo que se muy poco, pero ella me hizo sentirlo realmente por primera vez en mi vida.
Yo jamás había planeado toda una vida en mi cabeza con alguna persona que no fuera yo mismo en mi apartamento solo con 5 gatos, ella cambio todos mis pensamientos más profundos y los hizo más dulces.
Mis pensamientos eran oscuros como un agujero negro que destruye todo a su paso. Pero llegó ella haciéndome cambiar ese agujero por una nueva estrella que seguiría viva por la eternidad con palabras y momentos inolvidables que me hacían sentir finalmente vivo y con un propósito de vida.
Yo siempre he creído que el amor es un arma de doble filo; puede hacerte feliz o la persona más miserable de este planeta.
No creo que mi amor por ella se acabe. Todo puede llegar a cambiar de un momento a otro, lo sé. Pero hay algo diferente, siempre lo hubo desde que la conocí en aquel septiembre de 2013.
Ella me hizo saber que este mundo no está lleno de monstruos y atrocidades como yo lo creía. Ella me hizo ver las cosas buenas que tenía la vida para ofrecerme.
Ella cambio la tristeza que existía dentro de mí por felicidad infinita que solo ella podía producir.
En fin, solo puedo decir que ella fue mi estrella favorita, la estrella que siempre observaba por las noches fascinado por su hermoso resplandor que iluminaba mis tristes ojos. Esa estrella sigue ahí arriba, pero cada vez su brillo se apaga más y más.

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Universo
No FicciónMuchos dicen que la mente de las personas es como un universo; profundo, sin fin y maravilloso. Así que vengo a compartir el mío.