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Señorita ¿le puedo servir algo? _me dijo una mujer tocando mi espalda-

-Hay Dios...me asusto señora. _le conteste saltando de mi banco_

-Lo siento. ¿Le puedo servir algo? _me pregunto_

-No gracias.

El tren todavía esta vacío y yo sigo sola sentada en este banco.

-Señores pasajeros, el tren va a demorar más de lo esperado. _salió una voz de alguna parte del tren_ Esperamos su comprensión, el tren va a demorar aproximadamente de 4 a 5 horas en llegar a destino. 

Tome mi diario y comencé a escribir otra vez.

Cuando estábamos por llegar a Tacuarembó le extendí mi mano y le dije:

-Fue un placer conocerte.

-Igual. _ me contesto tomando mi mano y estrechándola_

En el momento en que tomo mi mano no sentí nada, solo una mano tocando otra mano, aunque en mi interior quería que algo pasara. Me levante del banco y comencé a caminar hasta la salida, cuando la encontré baje con cuidado ya que tenía miedo de caerme, aunque eso era imposible. Camine hacia la parte de atrás del tren para recoger mi valija. Tome mi valija y comencé a caminar, no sabía hacia donde, cuando encontré a mi tía a lo lejos.

Mi valija pesaba un montón cuando me dirigía a mi tía. Lo único que tenía en mi mente era a Noah, no entendía porque no me avía perdido mi número, ya que habíamos hablado mucho y creo que le parecí simpática. También sé que le hice preguntas muy incomodas, pero le pedí perdón. Eso cuanta para mí. Mi mente no dejaba de pensar porque no me paro al bajar del tren o porque no me pidió mi número. Puede ser que no le haya gustado o no le haya parecido linda, no lo sé.

-Lee_ salió una voz de atrás de mí. Cuando oí esa voz me quede parada en medio del camino, esperando que lo repitiera otra vez.

-Lee, por favor espera.

Me quede parada ahí, esperando que se acercara a mí, y pensando que me diría o que yo le diría. Me moría de miedo si algo tonto salía de mi boca o si pasaba algo. Era la reina de arruinar los momentos.

-Lee hola _me dijo muy fatigado, ya que había corrido un poco para llegar a mí.

-Hola Noah_ le conteste con una sonrisa. Las palabras no le salían de la boca.

-Eh... ¿quería saber si quisieras salir alguna vez? _me dijo Balbuceando.

-Bueno... creo que puede ser que sí. _le conteste mirando sus hermosos ojos marones. _ ¿Te doy mi numero?

-Si.

Le pase mi número y el me paso el suyo. Nos quedamos 2 o 3 minutos mirándonos hasta que al final recordé que mi tía me estaba esperando. Nos despedimos otra vez con un apretón de mano y él me dijo que me llamaría. Lo vi alejarse de mí despacio, sin ninguna preocupación.

Me di media vuelta, y me dirigí hacia mi tía con mi valija, que me miraba asombrada porque nunca me avía visto hablar con un chico.

-Hola Lee, ¿cómo te fue en el viaje?_ me dijo con una pequeña sonrisa saliendo de su cara.

-Bien tía, Gracias. _le conteste. Fuimos hasta el auto de ella y coloque mi valija en la cajuela. Después de eso solo comenzamos hablar sobre ella y como estaba. Ella me pregunto sobre mama y como me iva en secundaria. El viaje en auto no fue largo, llegamos muy rápido a su casa, que era muy acogedora, por cierto. La avía comprado hace 17 años atrás, cundo Juan y Lucas nacieron. Pero antes de bajar del auto me pregunto sobre Noah.

-Espera Lee _me dijo_ - ¿Quién era el chico que estabas hablando? _me pregunto un poco seria.

-Se llama Noah, lo conocí en el tren. El me ayudo con las valijas _le dije riéndome un poco.

-Bueno, si tú lo dices _me contesto siendo un poco sarcástica, pero no le di mucha importancia.

Me baje del auto y tome mi valija. Camine con mi bolsa y mi valija hacia la puerta donde me esperaba Lucas, con una gran sonrisa.

-Lee _me dijo, abrazándome muy fuerte. Casi me dejo sin respiración.

-Lucas _le dije entre palabras.

-Te extrañe. Mucho, mucho, mucho....

-Yo también _le conteste cuando me dejo de abrazar.

-Déjame ayudarte con esas maletas.

Tomo mis maletas y entramos a su casa. Zulma, mi tía, me llevo a la habitación de huéspedes y Lucas me ayudo con mis valijas, que quedaba en el segundo piso. La habitación era espaciosa como la casa. No tenía muchos muebles en la habitación, pero si tenía una hermosa terraza que daba al fondo de su casa.

Me tire en la casa, para poder descansar algunos minutos, hasta que alguien toco a la puerta.


-Permiso _ me dijo Juan entrando a la habitación. Tenía un hermoso iPhone 6 en la mano que no dejaba de vibrar por los mensajes que le llegaba de su novia. Se avían juntado en año paso en Navidad.

-Si pasa _ le conteste con una sonrisa.

El me saludo y me pregunto cómo me avía ido en el viaje. Le conté que me avía ido muy bien, que avía conocido a un chico que era muy simpático y me invito a salir. Hablamos un poco más sobre vida amorosa. No recuerdo muy bien que me avía dicho, pero no debía ser muy importante. Antes de salir me dijo que a las 22:00 p.m., más o menos, estaría la cena pronta.

Me deje caer otra vez en la cama de la habitación, cuando me acorde que tenía que llamar a mama. La llame y hablamos un buen rato, hasta que Lucas me grito desde la planta baja. Me despedí de mama y baje por la escalera de caracol. Cuando llegue a la cocina, todos ya estaban sentado solo me estaban esperando a mí.

La cena estaba deliciosa y el postre más. Zulma sabía cuál era mi tentación, y me compro ese rico helado sabor Vainilla, que tanto me encantaba.

Nos servimos el postre y comenzamos hablar sobre todo. No sé cuál es la plática ideal para una comida pero nosotros en ese día hablamos de todo. Me acuerdo muy bien que comenzamos a joder a Juan por su novia y a Lucas por no tener. Eran personas muy opuestas una a la otra. Juan era el típico adolescente que tenía a todas las chicas del colegio en sus pies, pero Lucas era muy diferente, Lucas era amigo de las chicas, era el típico chico al cual las muchachas podían confiar, Y no preocuparse si algún día el llegaría a enamorarse de ellas.

Me despedí de ellos y subí a mi habitación, con la excusa de estar cansada. Al llegar a la puerta de mi habitación me quede parada pensando en lo que había sucedió, no podía creer que Noah me invitara a salir y que estaba muy lejos de casa. Abrí mi maleta y saque mi cepillo de dientes, me fui rápido a lavarme diente y me tumbe en la cama.

Eso es todo lo que paso el primer, Diario. Fue un buen día a pesar de todo, pero creo que lo más lindo está por venir. ¿No lo crees?





Algún díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora