Capítulo 1

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Calum realmente odiaba el trabajo comunitario, apenas habían pasado dos días y ya quería que terminase el mes para no volver a pisar ese mugriento sitio nunca mas en su vida, no le agradaba la idea de trabajar en una biblioteca, menos si estaba situada en un hospital mental y sin recibir nada a cambio. Eso le pasa por meterse en asuntos que no eran de su estilo, realmente lamentaba haber aceptado aquel cigarrillo de marihuana que había recibido en una fiesta, de parte de un chico el cual no conocía, lo aceptó para no quedar como un mal educado pero terminó fumándolo y con gran un castigo de parte de su madre, quien había percibido su olor.

Trabajar un mes en aquel sitio, como bibliotecario no era algo que le gustara, pero estaba dispuesto a hacer todo lo posible para prevenir algún ataque de nervios de parte de su madre.


Tan solo faltaban dos horas para poder salir de la residencia "Puertas abiertas". Calum estaba tan sumido en sus pensamientos observando como la pintura color crema de la pared se desprendía con facilidad, que no había oído el sonido de la vieja puerta de madera al abrirse. Cuando se percató de esto solo pudo llegar a ver una cabellera castaña que se dirigía hacia la sección de poesía.

Era la misma chica que estaba acudiendo todos los días desde que empezó a trabajar allí, ella en todas las ocasiones solía tomar un libro y permanecía en el lugar toda la tarde hasta que la biblioteca cerraba.

Calum, como buen despistado que era, nunca la notó al ingresar, la chica era demasiado silenciosa, ni siquiera había escuchado sus pasos al pasar por frente suyo. Nunca tuvo la posibilidad de mirarla a la cara ya que siempre caminaba rápido, y con la cabeza apuntando hacia el suelo. Ella ni siquiera se tomaba el trabajo de saludarlo, y eso le parecía un poco descortés.

Puertas abiertas C.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora