Era una casa de verano, en un bosque lleno de niebla, los animales rondaban el llano, todo entre Bellas nieblas.
Ella era una niña, contaba con apenas diez años, su nombre era Liduvina, era del campo, sus padre era pintor y su madre escultora, nació rodeada de arte. Era un día 11 de agosto, lloviznaba por la mañana, se sentía humedad en el ambiente, todo era verde como el campo de Galicia, con molinos de piedra a lo lejos que daban un sentimiento de nostalgia a la pequeña niña, con senderos apenas visibles, con árboles altos como el cielo, con follaje inmenso, con pequeñas gotas de agua que caían de éstos.
Ella dormía sola en una habitación grande, con el piso de madera más bonito, con ventanas con flores en masetas, en una cama grande con sábanas de flores, una recámara antigua, con muchas historias.
El día siguiente despertó en la madrugada, oía ruidos debajo del piso de madera, pensó que eran ratas, se asustó, pero, no había nada, volvió a dormir, pero despertó poco tiempo después oyendo a una mujer cantar en el jardín, caminó hacia la ventana esperando ver algo, pero no había nada, pensó que fue un grande entre sus sueños y la realidad.
Su padre había ido al pueblo por pinturas cuando Liduvina despertó por la mañana, pero su madre estaba esculpiendo en su estudio, nada fuera de lo normal; aún así quiso averiguar qué era lo que había oído, reflexionó y se dio cuenta de que no era un sueño, era una realidad que la atormentaba.
No le quería decir a sus padres lo que estaba sucediendo, creyó que era suficientemente fuerte para lidiar con eso sola, entonces salió a los bosques a buscar pistas o datos que la pudieran ayudar, pero nunca encontró nada, sólo piedras y naturaleza casi muerta, nada decía nada por más que buscará, todo parecía una desesperación constante, sin saber qué sucedería después.
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Disturbia
RandomProblemas mentales atormentan a una joven sin alma en este mundo, sólo existe físicamente, ¿por qué ocurre esto?