Capitulo 1

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31 de agosto de 1938

Dante recogía sus cosas de la habitación que compartía con su mejor amigo. Estaba totalmente entusiasmado, dentro de una semana sería su cumpleaños, y lo celebraría a lo grande, si se podría llamar así. No era un chico de fiestas, ni de beber hasta quedarse completamente borracho. Desde muy pequeño fue responsable de sus actos, listo y educado. Gracias a aquella actitud, logró conseguir una novia tan espectacular, o eso decía él, como Gia, o podría ser por sus increíbles rasgos. Su piel era de un cierto color bronceado, mientras que sus ojos verdes eran profundos y encajaban perfectamente con su rubia cabellera. En cambio, su mejor amigo era todo lo contrario. Su apariencia le delataba. Era pálido, bastante dirían algunos, con unos ojos marrones que resaltaban y un pelo completamente negro. Era un chico al que las fiestas le volvían loco, que bebía alcohol sin importarle el mañana y que se ligaba a todos los chicos que podía en aquellos momentos. Sí, era gay, pero únicamente lo sabían sus amigos más cercanos. El temor hacia Benito Mussolini era tan grande que no sabia que haría si descubriera a los gays. Sabía que Hitler los castigaba en campos de concentración, y Italia al estar en contacto con la Alemania nazi, hacía lo mismo.
Rápidamente Dante agarró su mochila, la cual era completamente azul cielo con unos pequeños parches de grupos de rock, y salió en busca de su clase de Historia de la medicina, tirando un cojín a la cama de su compañero para que se despertase.
-Vamos, levantate, vas a llegar tarde - dijo el moreno, sentándose en su cama y esbozando una sonrisa. Quedaba media hora para dicha clase, pero le gustaba hacer enfadar a su amigo. Este, con el torso completamente desnudo pero unos pequeños pantalones, se levantó de mal humor. Tiró el cojín a la cara de su amigo, a continuación agarró un cigarrillo que estaba en su mesita de noche y lo encendió. Volvió a tumbarse en su cama, y se quedó diez minutos sin levantarse de su cama, únicamente consumiendo el cigarro que ya se acababa. Dos golpes que procedían del otro lado de la puerta lo hizo reaccionar. Gia había entrado, frunció el ceño nada más oler el cigarrillo ya consumido. Tosió de manera exagerada, echando una mirada a su novio como signo de que signo de que salieran de allí. Gia era una chica bastante pequeña en el tema de altura, pero bastante atractiva. Sus ojos azules resaltaban, junto a sus marcadas curvas y su teñido pelo rubio. No estudiaba en aquella universidad, ni en otra. Dejó los estudios, ya que decía que ella no valía para aquello y que con Dante estaba segura de que viviría de lujo.
-No llegues tarde- dijo en forma de despedida, y saliendo de aquella habitación agarrando la mano de su chica.

***


Después de haber dejado a Gia en la cafetería, rápidamente se dirigió a clases. Llegó cinco minutos antes, para poder preparar su lugar de trabajo. Pasaron un par de minutos, y el rubio estaba nervioso por la ausencia de su compañero. Apenas quedaba un minuto para que sonara el timbre, y sus manos estaban jugando nerviosamente debajo de la mesa, sabía que si su amigo llegaba después de su profesor iba a estar en un gran problema. El timbre sonó, y en un minuto la clase estaba casi llena, ya que aún sólo faltaba por rellenar el sitio de él.

Unos rápidos pasos se oyeron por los pasillos vacíos, y temía de que fuera el profesor. La puerta se abrió con cierta violencia, apareciendo el joven, completamente sudado y jadeando del cansancio. Nada más mirarlo, una pequeña sonrisa se escapó de su rostro, y el contrario de la devolvió caminando hacia su pupitre.

-Hola - susurró Cole, limpiándose el sudor con la camiseta y dejando ver sus abdominales poco trabajados al descubierto. Las chicas, con poco disimulo empezaron a cuchichear entre ellas, haciendo que Dante sintiera celos, aunque él creía que era envidia.

-Llegas tarde - respondió en la misma tonalidad que su amigo, aún algo molesto por las chicas que murmuraban a su alrededor.

-Ya, dime algo que no... - y antes de que pudiera terminar, el profesor entró en el aula. Todos se quedaron callados, claramente todos menos Cole.

- Erase un hombre a una nariz pegado- susurró el moreno, haciendo que Dante empezara a reír sin ningún descontrol. Automáticamente el unicejo del redondo profesor se frunció, mirando a ambos jóvenes.

-¿Qué os hace tanta gracia? -dijo, totalmente enfadado y escupiendo al decir aquellas palabras. Ambos automáticamente empezaron a reír.- ¡FUERA DE MI CLASE! -gritó el profesor, y el rubio se quedó totalmente paralizado. Nunca en su vida de estudiante le habían echado de clase y nunca pensó que le echarían. Al ver la reacción de su amigo, rápidamente se levantó, totalmente serio.

-Profesor Rocca, ha sido todo mi culpa, por favor, únicamente deje que yo me vaya de clase. -se culpó, agarrando su mochila y poniéndose enfrente del maestro.

-No intente ser un héroe ahora mismo, conmigo no funciona, los dos al despacho.- dijo, totalmente serio y dejando algún que otro escupitajo en el rostro del moreno.

Ambos salieron del aula, entre pequeñas risas y yendo a la cafetería a por Gia. Al llegar al lugar, observaron como la rubia estaba sentada encima del regazo de otro, tonteando con él y sus rostros demasiado cerca, como si sus labios se rozaran mientras el chico agarraba su trasero. El corazón de Dante se estaba rompiendo nada más observando aquella escena, y Cole lo abrazó por detrás para hacerlo sentir mejor. El chico que estaba con Gia se dio cuenta de que estaba allí el novio de esta, y empezó a tocarla sin descaro, subiendo las manos que tenía en el trasero de la rubia hasta sus pecho y volver a bajarlas, y esta se dejo sin oponer resistencia y soltando pequeñas risas. El rubio no aguanto más, y carraspeó para que la chica tuviera constancia de que él estaba allí. Está rápidamente se asustó, levantándose del regazo del muchacho.

-Eh, mi amor, esto no es lo que parece. ¿Te he contado de que estoy en una obra de teatro, y él es un compañero? Va a ser mi pareja, estamos ensayando la escena, no te pongas celoso -señaló al muchacho, que este esbozó una sonrisa ladina con picardía y una mirada desafiante. Cole rápidamente se llevó a Dante de allí, notando como Gia corría detrás de ellos al sonar sus tacones detrás de ellos.

-Vamos a ver, zorra barata, vete de aquí. No uses a mi amigo, no lo vuelvas a usar, fuera de aquí -respondió, sin ninguna vergüenza en decir aquellas palabras fuertes. Dante aún seguía en un estado de shock, y oír las palabras de su amigo le volvieron a la "cordura". Agarró de la muñeca de su amigo, yéndose de aquel lugar y dejando a su "novia" plantada allí, un día antes de su cumpleaños.

Sé que es algo corto, pero ahora mismo ando con poca imaginación. Intentaré subir capitulo mañana.

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