¿Cómo me ha podido hacer eso? No lo entiendo, no soy un mal novio -dijo totalmente incrédulo Dante, mientras que su mejor amigo aún agarraba su brazo y lo arrastraba al suelo de la habitación que ambos compartían.No pienses en ello, tú tranquilizate y piensa en lo que debes de hacer y la decisión importante que debes de tomar. No puedes tolerar de que alguien te use de esa manera ni te engañe, mereces a alguien mejor, alguien que te cuide y que te quiera de verdad. -aconsejó Cole, mientras que el contrario se acomodaba en el suelo pero sin hacer que su compañero soltase su mano.
Aún la quiero, es mi primer amor de la infancia. Siempre la quise, desde el primer año, pero cuando ambos empezamos a salir pensé que me sería fiel y no como antes.- contestó, sin creerse lo que había visto en la cafetería. Cole aprovechó y agarró de la mano a su amigo, siempre quiso hacerlo.
Ya sabes, las personas así no tienen remedio. La sociedad está en decadencia y difícilmente pueden cambiar, pero no creo que ella quiera cambiar. Además, ya tendrá su merecido en un futuro, seguro que acaba como vagabunda y no tendrá nada con que lavarse el pelo -dijo, haciendo que ambos soltaran una carcajada. Antes de que Dante pudiera contestar, unos golpes se escucharon en la puerta.
Dante, mi amor, abre. No es lo que piensas, por favor, tenemos que hablar -se escuchó la tediosa voz de Gia detrás de la puerta. Cole rápidamente puso un dedo el los labios del contrario, para que no hablara. Sus labios, tan cálidos al tacto y a la vez tan suaves hizo que perdiera el control de sus actos. Se acercó poco a poco a los labios de su tan deseado amigo, y este no de opuso en absoluto. Rozando casi sus cálidos labios, a la puerta del paraíso, retumbo nuevamente la puerta. Ambos sobresaltaron, haciendo que Cole frunciera el ceño inmediatamente.
DANTE, SÉ QUE ESTÁS AHÍ. ABRE, POR FAVOR MI AMOR, TENEMOS QUE HABLAR. -se escuchó la voz irritante de la rubia, mientras que Dante se levantaba violentamente del suelo y abriendo la puerta.
¿Qué quieres? -dijo, sin apenas ganas y algo tenso. Cole se tumbó en su cama, cómo si no estuviese preocupado, pero los escuchaba con bastante atención.
Él era un antiguo amigo, y no podía negarle nada de nada. Nos conocíamos desde pequeños, y le dejé bien claro de que estaba contigo, puchi pú -mintió, rodeando el cuello del rubio y haciéndole un pequeño puchero. Este no pudo resistirse a ella, y soltando un suspiro la creyó. Esta, esbozando una enorme sonrisa le dio pequeños besos a su novio, haciendo que Cole se enfadara aún más por aquello. Recogió un libro de su estantería, y salió de aquella habitación totalmente enfadado, haciéndose notar entre aquellos dos "Tortolitos". Se tumbó en uno de los pequeños sofás que había en el vestíbulo, intentando olvidarse de todo lo que pasó anteriormente, aunque sus labios palpitaban al aún recordar lo cerca que estaba hace unos minutos con los labios que deseaba con profundidad. No podría olvidar aquella escena, no de una manera tan fácil. Arrojó el libro contra el suelo con violencia, haciendo que suelte un gran ruido seco en aquella habitación que se hallaba vacía. En sus ojos abundaban lágrimas, mientras que se cubría el rostro no notó que había alguien en aquella habitación viendo aquello, y quedándose totalmente impresionado por aquella escena. El individuo rápidamente agarró el libro del suelo, intentando recomponerlo o al menos dejarlo en un mejor estado y acercándose lentamente y con cuidado al moreno que se hallaba llorando en aquel sillón.
El chico levantó la mirada, topándose con unos increíbles ojos azules. Sus mejillas se sonrojaron, bajando nuevamente la mirada y agarrando con cierta timidez aquel libro, mientras limpiaba con la otra mano sus lágrimas cómo si fuera un niño pequeño y con eso pudiera limpiarse todas las lágrimas.
Hey, no llores pequeño. -susurró el maravilloso chico de los ojos azules y una bonita sonrisa. Su aspecto, según Cole, era bastante parecido al de Dante, exceptuando que el chico tenía una decoloración y su pelo finalmente era blanco.
No me llames pequeño, no soy una pasiva -respondió en un pequeño susurro, soltando una pequeña risa divertida.
¿Y cuál es tu nombre, pequeño? -dijo el contrario, acariciando los mechones morenos de Cole.
Mi nombre es Cole -volvió a responder, en un pequeño susurro sin inmutarse por aquellos mimos del moreno.
Encantado, Cole, mi nombre es Luca -se presentó, ofreciéndole la mano al contrario, que este acepto está y Luca con rapidez lo levantó de aquel sofá.
Te voy a llevar a tu habitación, Cole, ya es tarde -dijo, agarrando por la muñeca a su nuevo amigo y caminando sin rumbo por los pasillos.
Esto... eh... ¿Podría dormir contigo? Ahora mismo mi compañero se estará follando a su novia con SIDA, dios santo, esa mujer le ha puesto más cuernos que un reno -confesó, aguantándose la risa, pero únicamente consiguió que sus mejillas se sonrojasen y que a Luca aquello le pareciera tierno.
Hoy mi cama está libre, así que no habría problema -respondió, esbozando una pícara sonrisa y dirigiéndose a su habitación con Colé detrás, la cuál curiosamente quedaba en frente de su propia habitación que compartía con Dante.
VERSÁTILES COMO FORMA DE VIDA WEEE.
SE VA A PRENDER ESTA MIERDA.
Y ahora actualizaré cada semana, o al menos lo intentaré.

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BLUE
RomanceTodo ocurrió un 1 de septiembre del 1938, en una pequeña cuidad romana cuyo nombre no consiguió perdurar hasta ahora. Probablemente sea la historia de amor más bonita del mundo, o probablemente sea la más injusta. Portada: @sirxnx