"Don't feel the end,BE it...."

8 0 0
                                    

"Rodeame con tus brazos. Y sujetame..." las dagas que me apuñalaban eran interminables. El pecho me brotaba de dolor. El pasto que yace en los alrededores del camino que retomaría cuando saliera  de este lugar ficticio se han desaparecido.

Estoy asustado...muy asustado. Pero cuando esa voz me habla siento que me acurruca un ser poderoso impidiendo que algún ser me alcance. Aun camino solo. Pero no es razón suficiente para sentirme con miedo. El miedo me alegra. Y la valentía me da poder.

Las gradas del Infinomio me aguardan otra vez. Metido en todas mis amenazas, escuchando los pasos de aquella realidad acercarse a mi. A lo mas profundo de este asilo me habían mandado. Y con guardias venían a revisarme. Como si fuese yo a causar daño alguno.

Aquella vez fue un accidente. No quería hacerles daño,pero querían poner fin al curso de mi vida mediante una aguja. Inyectarían un liquido en mis venas el cual reduciría mis palpitaciones,me daría sueño,y en el sueño....me iría de este mundo para siempre..

Pero yo nunca pertenecí aquí. Soy regalo del Ínfimo mundo de la ciencia. Y descendiente del cerebro nulo de pensamientos. Me amarraron a una fría mesa de metal. Desnudo y sin cubrir ni un solo centímetro de mi cuerpo. Mi espalda pálida y maltratada besaba a fuerzas el frío tacto metálico de ésta.

Mi cuerpo no podía escaparse de las desgarradoras mafias del cuero crudo que mis muñecas ataba. Y de los techos surgían cadenas,como si fuesen fuertemente impregnadas en el. Como si no fueran a salirse. Pero no me equivoqué, nuevamente aquella aguja blanca yacía en manos de aquella loca ínfima de este asilo para realidad.

Encontró fácilmente mi vena y sin apiadarse de ésta la apuñaló con esa fría y dulce espada. Al ritmo de la sangre fluía aquel líquido. Era espeso,y azul. Parecía gris. Al parecer tiene efectos rápidos o secundarios. Me había bajado la temperatura.

Estaba tan helado como el aire en los polos. Luego descendió mis pulsaciones. Ahora tengo sueño...debería ir a dormir. ¿No creen? Si duermo ahora,pereceré. Y si duermo después,me sentiré morir.

Que es lo que puedo hacer?

Me encontraba sentado en una habitación grande,solos yo y un piano. No habían sillas ni mueblerías,solo el piano,mi silla y yo. Cerré mis ojos,y la vi.  Sin darme cuenta,ya había comenzado a tocarlo.

Llegué a la nota mas alta y de repente...

"Ethan,cargame en tu espalda"

Fue esa voz y fue ella la que me lo dijo. Hace un tiempo desconocido,pero recuerdo haberlo oído justo antes de caer en los brazos de Infímides. Su voz se repetía cada vez más rápido a medida que resonaban en mi consciencia.

"Lo dicen ellas. Lo dicen ellas. Ethan salvame! Vistete de mi poder. Lo dicen ellas. Lo dicen ellas..."

Seguía repitiendo la voz en alguna parte de esta fría habitación. Me inundé de amor y corrí a donde se encontraba ella. Estúpidamente, chocando con una pared que apareció justo después que se esfumó su semblante frío del cuarto.

Se siente que solo eres tu hasta que estas ausente. Nadie nota tu presencia hasta que cometes un error. Erras,y todo está perdido. Haces algo por el mundo,y éste prosigue su rumbo como si hubiera sido un milagro...¿crees que podrian aguantarme entre sus brazos?

"Infinomio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora