CAPÍTULO XXXI: LA CITA

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El chico había realizado un ataque muy poderoso eliminando fácilmente a su enemigo, un cráter de enorme magnitud se había generado tras el impacto.
El hecho del aumento de poder debido a la habilidad de Reiji y la de Ophis causaba una gran carga al cuerpo, de los poros del chico comenzó a emanar sangre, el Burst Prana Mode se había desactivado, su cabello regresó a ser plateado.

El chico tosió y colocó su mano en la boca, al observarla vio que estaba llena de su sangre, su cuerpo emanaba sangre, caminó hasta donde se encontraba Ange, en su mano cargaba su espada.

-Reiji -gritó la chica al verlo sangrar.


-Estoy bien, no te preocupes -le respondió él.

De sus poros emanaba sangre, su cuerpo había sufrido una gran carga por el hecho de la gran explosión de Maná por el ataque así como por elevar su poder a un elevado porcentaje.

-Ven -dijo la chica prestándole el hombro y lo llevó a recostarlo a en una roca.

Todo el campo estaba completamente destruído con un enorme cráter debido al impacto del Elemental Whirlwind utilizado por el joven de cabello plateado y Ange había utilizado un escudo de agua para protegerse y proteger de igual manera a Lyon de la onda de choque tras el impacto y las rocas que se desprendía.

-Voy a curarte -dijo la chica con lágrimas en sus ojos al ver a su amado- Idiota ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué haces ataques que te causarán tanto daño?! -llorando en su pecho.
-Solo no quiero perderte, porque eres la persona más importante para mí.


-Tonto, si mueres no habrá valido la pena -decía mientras curaba sus heridas por medio de Maná.


-Te protegeré porque te amo -el chico acarició el rostro de la chica limpiando sus lágrimas pero llenando su rostro de sangre.


-Reiji -dijo y luego lo besó.

El chico durmió por aproximadamente dos horas en las piernas de su amada, al abrir sus ojos ahí estaba ella, no hay nada mejor que al abrir los ojos esté justo en frente de ti la persona que amas, eso era lo que le pasaba por la mente al chico en ese momento.

-Reiji, despertaste -dijo la chica con una sonrisa pero con una mirada de preocupación.


-Ange, ¿cuánto ha pasado?


-Dos horas aproximadamente, Lyon dio de su Maná para que te recuperaras más rápido.


-Lyon, Ange, les agradezco.

El chico cerró su puño y comenzó a levantarse, ya tenía las energías suficientes para hacerlo, se había prometido que no moriría y que protegería a Ange siempre, esa era su convección, estaban cerca de la frontera con Espein.

-Vamos -dijo con una sonrisa en su rostro.

12 de abril

En la madrugada de dicho día los jóvenes habían cruzado por fin la frontera, ambos habían dado sus documentos de identidad para poder a entrar, tanto los de Reiji como Ange estaban en regla, por parte de Reiji, Paúl había arreglado todo antes de que saliera de la Isla Ascuas.

Pasaron la noche en una posado de la Ciudad Yejiud, siendo esta la ciudad fronteriza, en Espein no sabían sobre Reiji por el hecho de que tanto Arkos como el rey Carlo no quería que otros países se enterarán de que sólo un chico había derrotado a un general de Ejército Imperial y unos Guardias Imperiales por si solo, cosa que podría provocar ataques de los países vecinos.

El día había llegado nuevamente, la luna se iba y el sol salía, al abrir sus ojos Reiji vieron a Ange observándolo, cubierta solo con una sábana blanca luego de que ellos tuvieran relaciones, la chica con una bella sonrisa en su rostro.

Lighgon y las Armas del Dragón [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora