Epilogo.

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- Cuando un alma se enferma, las consecuencias son muy graves si no se hace nada al respecto.- Decía Kaoi-Sama que se encontraba frente al cuarteto de sayajines que recurrían a el.- Las energías se esfuman fácilmente también como el apetito y las ganas de hacer lo que antes era una rutina, tal como les esta pasando a ustedes...-Pauso para meditar.

- Y...¿Que pasa si no se trata?.- Pregunto el semi-Sayajin de cabello lila.

-...Los sentimientos, los sentidos y hasta las sensaciones se esfuman, el alma muere y el cuerpo se convierte en algo inútil sin ser capas de sentir algo, y la persona entra en un tipo de trance en el cual nunca despertara...- Concluyo asustando a algunos de los sujetos.

- P-pero ¿Porque sucede esto?.- Pregunto el Sayajin puro de cabellera alborotada.

-...En ciertos casos...se debe a que la persona tiene sentimientos resentidos, aveces rencor o solamente porque se encuentra en gran depresión...o también porque se siente solo...

- ¿¡Se puede hacer algo al respecto?!.- Pregunto desesperado otro semi-Sayajin de cabello negro.

-Por supuesto.- Tranquilizo a los cuatro hombres con una sonrisa.- Y conozco a alguien que se especializa en eso.

Y así su viaje comenzó, los cuatro hombres volaban por la sima de las copas de los arboles vigilando por si encontraban algo peculiar entre ellos, el viento movía sus cabellos y el atardecer se aproximaba. Todo eso paso en el mismo día. Las mujeres que cuidaba de ellos estaban mas que hartas y preocupadas por los hombres de la casa, sus hijos daban mucho que desear en sus trabajos y sus maridos ni con apetito ni ánimos los veían cada día y con el pasar de las semanas, las mujeres literalmente los obligaron a ir a un medico. El cual no encontró nada malo en su salud, preocupados ambas familias recurrían a sus amigos Namekuseins pero ellos no sabían de que se trataba esta extraña enfermedad. Hasta que consultaron con el guardián de la galaxia, quien les dijo de alguien que les dará el remedio exacto el cual curara todos sus males.

- "Es difícil de lidiar pero díganle que los envié yo y los atenderá por las buenas, pero antes deberán concederle un favor y ella les cumplirá también un favor".-

Esas fueron las palabras del guardián. 

Los cuatro ya habían volado bastante contando también la perdida de tiempo que hicieron tratando de convencer a sus Mujeres/Madres de dejarlos ir, pero tratándose de su vida y salud claro que tenían que aceptar. 

El día por fin termino y los cuatro bajaron a inspeccionar un lugar que había llamado mucho la atención. 

- Es inútil.- Se quejo el híbrido de cabello negro al ver la decepcionante casa casi en ruinas.- Eso solo una casa abandonada, aquí no hay nadie.

- Goten, tranquilo, debe de estar en alguna parte.- Tranquilizo su mejor amigo.

- Chicos, ya estoy cansado...-Volvió a quejarse el padre de Goten.- Mejor paremos a descansar.

- ¡Para nada! ¡Tenemos que encontrar a esa vieja a como de lugar!.- Grito el mayor de los cuatro, Vegeta.

- Tiene razón papa, ya hemos estado volando desde hace mucho y ademas ya es muy noche, así no encontraremos nada.- Apoyo a sus demás compañeros yendo hacia donde se encontraba su padre para convencerlo.

-¡Trunks! ¡¿También estas a favor de ellos!?.- Regaño Vegeta.- ¿¡Que acaso nadie entiende la gravedad de esto!?.- Se giro enfadado perdiéndose entre los arboles frondosos de aquel bosque donde pararon.

Medicina Para El Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora