Diosa tatuada...

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La entrada maltrecha, seguida por un corredor grisaseo y reducido conducían al interior del bar.
Por fuera, la calle nocturna, tonalidades verde oscuras y paredes de madera, un letrero colgante con letras rojas "UmmaGumma Pub".
Por dentro; un par de guitarras, saxofón, trombón y batería armonizando a dos cantantes que disipaban de vez en vez un poco de alcohol en sus cuerdas vocales.
Un oleaje de sensaciones relajantes se transmitía atraves del aire, música impactada en receptores de distintas tribus urbanas; sin embargo el reggae fusionado con espeso humo de marihuana tienen el mismo efecto para todos los que disfrutaban el concierto de cada sabado.

Pequeños grupos se formaban para socializar y beber, algunos otros pendientes del escenario donde se encontraba Diego.
Este era un joven de piel morena, 1.80 de alto, ancho en la espalda y de brazos firmes, su rostro es un mar de expresiones dentro de dos ojos avellana, larga sonrisa como la de quien conoce sus virtudes por muy vanales que sean, sin el menor interés por su futuro ni preocupación por otra cosa que no sea su música.

Al terminar su intervención en el escenario, la banda bajó a beber y Diego seguía las señas de un joven estrafalario.

A: -Carnalito, hoy si que soplaste!!!

D: -¡Alex, hermano!... Me viste con el Sax?

A: -Simón, te la rifaste... neta que se armó el ambiente por tus rolas!

La noche cálida se fusionaba con el paisaje humeante de cigarrillos, alcohol y un éxtasis de oscuridad y cuerpos.
Lo que parecía un bar de poco presupuesto se encontraba infestado de gente con rastas, tattoos, piercings, ropas provocativas y risas malintencionadas que se buscaban forma de embriagarse y quemar en las míseras 6 mesas contenidas en el espacio y una barra algo decente ubicada al fondo del lugar.

A: -Oye Diego, te acabaste a la rubia de la otra tocada?...
...creí que la tendrías pegada como chicle con la banda, cargandote el sax pa' todos lados.

D: -No hermano... la boté en su casa cuando amaneció para no volver a verla, no me la crees que tenía 16 añitos la riquilla esa de...

(Ni media palabra dije cuando detuve mis ojos en un par de piernas blancas rayadas de tinta que salían de una pequeña falda roja; los tatuajes descendían desde sus múslos hasta por encima de sus pies, haciendo que me perdiera en fantasías de mis manos recorriendo los trazos por debajo de su ropa. Fue una sensación atrapante, mis labios eran victimas de una ansiedad tan dominante que tuve que levantarme y decir:)

D: -Esa chica, es una Diosa...!

La chica danzaba suavemente al compás de la música del lugar, su cabellera enmarcada por un sombrero redondo de ála larga se mecía como hipnotizando a Diego.
En media vuelta ella percibió la mirada del espectador, se tomó un momento para observarlo, para delinear el cuerpo que se escondía bajo una delgada camisa, para disfrutar de los hombros descubiertos y redondos que bajaban en musculos bien definidos sin caer en la exageración.
Entre los dos se fue construyendo un íntimo cortejo.
Ella se pasaba las manos del vientre hacia el cuello presumiendose ante su complice lejano.
El sonreía y mientras ponía la mano derecha en su abdomen y levantando la camisa le mostraba un poco de su piel, lo suficiente para saber sus intenciones.
La soltura de sus caderas se iba convirtiendo en un hechizo pasional entre ambos jovenes.

Alex decifró el motivo de su atención y profirió:

A: -Qué va! si la Frida se carga una galería en el cuerpo... ...que asusta carnal!

D: -Frida? La conoces hermano?...

A: -Simón que si, ahorita nos arrimamos pa' alla...
... tu nomas traete unas chelas y se arma carnal.

(Tomé unas cuantas botellas y nos dirigimos a la Diosa tatuada como si no hubiera gente estorbando nuestro paso.
Dos chicas nos observaron y sonrieron con emoción, Alex que ya las conocía fue quien rompió el hielo.)

A: -Qué mi Frida? ¡a que no adivinas! Mi carnalito te andaba desvistiendo con la mirada hace rato.

Esta Diosa con nombre de artista era una chica alta, de cabello azul y púrpura, ojos largos y azules que acompañados de un par de labios gruesos gritaban ¡tómame y hazme tuya!
Su rostro era una belleza adictiva y su cuerpo hacía el juego perfecto de fragilidad y deseo.
Un par de piernas tatuadas hasta donde le era posible sostenian su vientre y un par de pechos redondos y tatuados en su base y por encima de ellos.
Toda ella era una materialización del desenfreno y la rebeldia mezcladas con una sensualidad radical y caótica.

(No pude evitar recorrer mi pensamiento otra vez sobre sus piernas, pero cuando me permití levantar la mirada unos centimetros, logré casi saborear su vientre de fina blancura como el resto de su lienzo.
Entre tatuajes y tantos motivos de provocación instintíva me era imposible mantener la mente quieta.)

F: -Alex, hijo de la parranda! Cuando vas a aprender a hablarle a una dama?... y a todo, quien carajos es tu "carnalito"?

Dijo la chica con una voz algo ronca por el alcohol y juguetona muy acorde al efecto de la hierba

A: -Aca el Diego, es el Sax de "La Wesuda" mi Frida... que quiere darle una pulida a tus tatuajes, como ves?

(La Diosa me miró y dejó ver un singular gesto que producía aún mas deseo en mi interior.)

F: -Y luego tu qué Alex? Deja entonces que tu carnalito me aviente los piropos el solo... o que, se quedó sin aire?

(Estando a escasos centimetros de ella, pude percibir lo intensos que eran sus tatuajes. Había uno en especial que se escapaba de su escote, nacía sobre sus pechos subiendo hasta el cuello y por detras de la oreja derecha.
Una libelula en caida libre que destacaba sus alas abiertas en su pecho.
Imaginé la punta de mi lengua deslizandose tras su oreja y atraves de su cuello, entre aromas y respiraciones cortadas llegar a la raiz de aquel dibujo.
Una sonrisa a medias salió de mí cuando me acerque junto a ella para decirle al oido)

D: -De seguro que yo te dejo sin aire si me acercas esos labios...

(Aproveché la cercanía para tocar su cuello y deslizar mi mano sobre su pecho.
Su temperatura y la mía iban formando una pequeña humedad.
Se retiró un poco y tomó mi mano.
Me acerqué de frente a ella con la intención de tocar sus labios con los míos, compartimos la mirada y dejé que mi mano rozara su espalda descubierta...
Mi corazón acortaba el espacio entre los latidos, el aire dentro de mí parecía un aplastante veneno doloroso y lento, podía transmitirle mi carga energética en la punta de mis dedos abriendose paso sin pena entre sus poros, incendiando sus venas con la misma toxina incontrolable que me adueñaba.
Tenía ya su aroma cosquilleando mis ideas, lo único que pasaba por mi mente era ir más lejos, poseerla, apretarla a mi pecho mientras torturaba su boca, quería acabar con su aire y que me pidiera más...)

(¡¡¡Sentí que alguien me apartaba repentinamente de la Diosa sin siquiera anunciarse!!!)

¿?: -QUE MIERDA QUIERES CON MI CHICA EH???

Gástame La Piel... #EC_Awards #AmantesDeLasLetrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora