Prólogo

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Y yo sé que el árbol que crece en la oscuridad, una vez muerto, se cae en la luz.

Yo creo que uno, por más que eyacule admiración hacia otros lugares más grandes, nunca puede olvidarse del lugar que lo vio nacer. Aunque sí, por mucho que me pese, crecí en el peor lugar para crecer. Crecí en donde no se permiten cambios y glorias, donde cualquier joven decide volar porque lo que tiene es tan poco y pútrido que quedárselo es para peor.

Verán... Calvú iba a ser la capital de la provincia de Buenos Aires. Su relevancia era notable cuando hace dos siglos atrás la conexión con el tren era divina. Este (en ese momento) fortín, era el que conectaba a los blancos de Capital con el sur en su lucha contra el malón (aunque, seamos sinceros, la lucha era contra quien sea que piense o sea distinto).
Y sea como fuere que el deseo de ser una ciudad tan importante se negó, los aires de grandeza persisten en la sociedad. En una sola caminata de pocas horas podés encontrarte gente divina que no le tienen miedo a sonreír, como a gente que de sólo mirarte te clava un cuchillo directo en la garganta. Pero aún así, por más extraño que parezca, una vez unidos nada es capaz de hacerle frente a la población de Calvú.

Igual, hoy no vengo a quejarme de mi pueblo, les vengo a contar una historia: Debería decir que soy Alexander Zalazar, sospechoso en el asesinato de Alma Castelli, la que creo fue el amor de mi vida. Y antes de que se lo pregunten, no. Yo no la maté. Mi psiquiatra, Ariel Feldmann, él la envenenó.

Fue el quince de julio, hace casi dos semanas. Estoy encerrado desde el primer día, porque el primer sospechoso fui yo. Estábamos peleando y cuando Alma se fue a dormir, llamé a Ariel para que me lleve alguna clase de calmante. Quedé desmayado y antes de decirle gracias y que cierre bien antes de irse, escuché un grito y se fue. Me caí de la cama en el piso y terminé inconsciente. Una vez que me desperté, Alma ya no estaba. Ariel no es sospechoso de la causa porque la yuta determinó que "No existe ni existió motivo alguno del señor Feldmann para asesinar a la señorita Castelli. A pesar de la presencia del Doctor en la escena del crimen, sabemos y afirmamos (como bien se aclaró en los testimonios tanto del señor Zalazar y del señor Feldmann), que éste estaría en el lugar de los hechos a pedido de su en ese entonces paciente, por necesidad de alguna clase de calmante debido a una fuerte discusión que el señor Zalazar tuvo con la señorita Castelli y una vez el señor Zalazar se durmió, el Doctor se retiró de escena"

Es una lástima que Ariel se encargó de desmentir abruptamente la conversación que tuvimos cuando me desperté, donde me confesó haberla asesinado y haber dejado todo para que parezca un suicidio, así yo podía seguir con el tratamiento de la forma más calmada posible. Pero no, eso no importa y encima por lo mismo: "no existe ni existió motivo alguno del señor Feldmann para asesinar a la señorita Castelli". Bochornoso.

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