Sonrisas Robadas

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Abrí los ojos lentamente y ahogue un gran bostezo. Tallé mis ojos y me senté en la cama.

Hoy no tengo ganas de nada.

La puerta se abrió y Emil entró y se sentó a mi lado.

-No tienes ganas de hacer nada, verdad?. -Preguntó.

Asentí.

- Abuela se fue a dormir a casa de sus amigas así que estamos sólos. -Dijo.

- Bien. -Dije y ahogue un suspiro.

Emil se acostó y cerró los ojos.

Lo miré.

-Deja de mirarme. -Dijo con los ojos cerrados.

Me sonroje.

Me acosté a su lado y cerré los ojos.

-Un día un amigo me dijo que olvidara el pasado y viviera el presente como si fuera mi ultimo día y mi única opción. Me dijo que siempre estaría para apoyarme. Logró sacarme muchas sonrisas a pesar de mi estado. El me hacía reír, me hacía llorar, me hacía sentirme querida. El siempre me apoyó y me protegió desde que yo era chica. El era y es el mejor.  -Dije.

Sentí los ojos de Emil en mi pero yo no abrí mis ojos.

-Y cómo se llama esa persona?. -Preguntó haciéndose el desentendido.

-Emil. -Respondí.

Abrí los ojos y lo miré. Llevaba una gran sonrisa.

Sonreí y lo abracé.

-Eres el peor mejor amigo. -Dije.

Emil fingió estar dolido.

-No mentira, Te quiero!. -Grité y me subí encima de él.

-Linda pose. -Dijo mirando que estaba a ahorcadas sobre él.

Me sonrojé.

-Y.. si hacemos cosas más intimas. -Dijo con voz seductora.

-Cómo qué?. -Le seguí el juego.

-Tu sabes a lo que me refiero.. -Dijo acercando mi boca a la suya.

-Me tendrás que decir porque no sé. -Susurré.

-Cosas... como ver Dora la exploradora.-Dijo.

Empecé a reír seguido de su risa angelical.

-No prefieres hacer.. algo más intimo. -Dije mirando sus labios.

-Cómo qué?. -Preguntó.

Me acerqué más a él.

-Como bailar la macarena o ir a Narnia. -Respondí con una sonrisa a lo que él río.

Me paré de la cama y me dirigí a la puerta. Salí de la habitación y bajé las escaleras. Entré a la cocina y empecé a preparar el desayuno.

-Quemas la cocina y te mato. -Dijo Emil abrazándome por detrás.

Me di la vuelta quedando frente a él.

-¿Y si quiero quemarla, qué?.

El sonrió arrogante

-Te enfrentas a las consecuencias. -Respondió acercándose más a mi.

Reí y lo abracé

Y así quedamos. Abrazados por un largo tiempo.

-Es como si nos completáramos mutuamente. -Susurró en mi oído.

-Tu también sientes eso?.

El se limitó a asentir.

Acercó su cara a la mía.

Bajo Tus ReglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora