capitulo 26

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maraton 2/3

(Narra Jodie)

La canción que había cantado Louis hace rato, me hizo darme cuenta de muchas cosas. Yo sí amaba a Dean, pero también estaba enamorada de otros dos hombres. ¿Cómo podía ser esto posible?

Corrí hacia mi cuarto y me aventé a la cama. La verdad era que estaba totalmente confundida. Me quedé dormida y cuando desperté ya eran las diez de la noche. Me levanté y tenía un tremendo dolor de cabeza. Noté que había mucho ruido fuera de la habitación.

Salí lentamente y noté que estaban allí todos los chicos, incluyendo sus novias. Kelly y Dean no estaban allí.

- ¿Cómo estás? –preguntó el odioso asesino de cámaras, mi amado Louis.

- Bien, me duele un poco la cabeza –dije rascándome un ojo.

- ¿Quieres algo de café, un dulce, una paleta… un chicle? –preguntó amablemente.

- No, gracias –dije y caminé a la puerta.

- ¿A dónde vas? –preguntó Niall.

- Iré… a tomar algo de aire –dije y caminé.

- Espera –dijo él- yo voy contigo, si no te molesta claro –dijo apenado.

- Está bien –dije aceptando su compañía.

Todos se quedaron callados. Solo nos observaron caminar hacia la puerta, miré ligeramnte a todos y me despedí de ellos con una pequeña sonrisa. Caminamos por el pasillo y él me guió a un pequeño restaurante, aunque más bien parecía una heladería. Pedí un babanasplit y él pidió un postre de galletas.

- Aún no puedo creer que te comas todo eso –dijo mirándome comer.

- No digas nada, tu llevas más de tres –dije comiendo más.

- Bueno, es que yo tenía algo de hambre…–dijo riéndose de una forma muy peculiar, yo lo imité y él sonrió.

- Me da gusto que vuelvas a reír –dijo mirándome serio.

- Yo también extraño mi risa –dije honestamente.

- ¿Qué es lo que te está pasando Jodie? Cuando te conocimos, eras una mujer fuerte y con un gran carácter. Recuerdo que a Louis lo llamaste idiota por que tumbó tu cámara. Ahora todo el tiempo te noto cabizbaja y además te rompes con facilidad. ¿Hay algo que te molesta?

- No lo sé Niall, yo también creí que podría seguir siendo fuerte. No sé qué es lo que me está rompiendo.

- Pues ante todo siempre ten fe, en que al final todo saldrá bien. No te preocupes por nada. Tómate un respiro. Relájate y verás que todo saldrá bien.

- Gracias Niall –dije y tomé su mano. Él me sonrió y sus ojos se empequeñecieron de una forma realmente tierna.

Estuvimos allí un rato hasta que él me pidió ir al saloncito donde estaba el piano. Caminamos juntos y él pasó un brazo por mis hombros.

- ¡Ánimo! –me dijo y besó mi cabello.

- Gracias Niall –dije y pasé un brazo por su cintura

Llegamos a este y estaba vacío. Me acerqué al piano y acaricié sus teclas. Toqué unas cuantas y luego le di la vuelta y me senté en el banquito. Comencé a tocar un poco.

- No sabía que tocas el piano –informó Niall.

- Casi nunca lo hago, mi madre me enseñó, Helena también lo hace, me sorprendió que hoy lo hiciera, casi siempre se retrae –dije en un susurro- ¿Puedo cantar algo?

- ¡Claro, siéntete en toda la libertad de tocar lo que quieras!

“2 am where do i begin, crying off my face again, the silent sound of loneliness wants to follow me to bed. I’m a ghost of a girl that i want to be most. I’m the shell of a girl that i used to know well...

Dancing slowly in an empty room, can the lonely take the place of you? I sing myself a quiet lullaby, Let you go and let the lonely in to take my heart again...

Too afraid to go inside, for the pain of one more loveless night. But the loneliness will stay with me, and hold me till i fall asleep.

Broken pieces of a barely breathing story, where there once was love, now there’s only me and the lonely...

Dancing slowly in an empty room, can the lonely take the place of you? I sing myself a quiet lullaby, let you go and let the lonely in to take my heart again...

Terminé de cantar y cerré mis ojos. Ahora me sentía realmente aliviada, pues había expresado exactamente cómo me sentía. Sentía que la soledad invadía mi corazón tomando el lugar de aquel lugar donde antes había algo de amor.

- Fue… -observé a Niall, quien me veía con la boca bien abierta- Genial, asombrosa, tienes una voz… Dios, ¿cómo es que nunca te escuché cantar?

- No canto en público –dije haciéndole media sonrisa.

- Pues deberías –dijo cerca de mí.

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